Jairo Libreros, experto en seguridad ciudadana, consultor político, analista y profesional en la  formulación de estrategias y manejo de crisis estuvo recientemente en Cúcuta para acompañar el lanzamiento de la propuesta de seguridad del aspirante a la Alcaldía de Cúcuta, Carlos Luna Romero.

El también profesor de la Universidad Externado de Colombia, es el encargado de asesorar al aspirante de los Partidos Liberal y de la U en la materia, teniendo en cuenta que este será uno de los principales desafíos de quien asuma las riendas del municipio el primero de enero de 2016.

La Opinión aprovechó para hablar con Libreros sobre la situación por la que atraviesa hoy la ciudad ante el aumento en la percepción de inseguridad, las tareas que tendrá que asumir el próximo gobernante y las propuestas de solución que se deberían plantear.
 
La semana pasada se registraron en Cúcuta cuatro homicidios de mujeres en cuatro días, ¿cómo analiza usted este comportamiento?

La conducta criminal que más ha afectado los últimos 24 meses a toda Colombia es el feminicidio. Hay un nivel de subordinación por parte del hombre que se cree por encima de la sociedad, por encima de la ley, pero de manera especial que cree que las mujeres no son seres humanos sino objetos y esa es la justificación real de lo que está pasando en Cúcuta. Para muchos sectores, bajo una cultura muy machista que tiene la ciudad, y en general toda Colombia, hay ciertas personas que consideran que golpear o matar a una mujer no genera una respuesta del Estado, desde el punto de vista punitivo, y tampoco de rechazo social.

¿Qué hacer para mejorar esta actitud?

Es necesario que exista una instancia que se encargue de, preventivamente, identificar los casos más sensibles. Si se detecta que hay violencia intrafamiliar y violencia de género por cuenta de una intervención fuerte o porque  hay una denuncia, la Alcaldía debe sacar a la mujer del entorno en el que se encuentra, llevarla a un sitio seguro y garantizar que su vida e integridad estén protegidas y pueda comenzar un nuevo estilo de vida. El tema aquí no es solo subir las penas, se requiere proteger a las mujeres.

El narcotráfico es otro de los grandes males que acecha a Cúcuta. ¿Qué debe hacer el próximo alcalde para enfrentar todo lo que este negocio ilícito desencadena?

En la propuesta que estructuramos para Carlos Luna, por ejemplo, incluimos dos temas que son muy importantes. Uno de ellos es un proyecto para conocer el entorno, que busca determinar con exactitud, cuáles son las características del comportamiento criminal, el perfil del crimen, de tal manera que si se tienen, por ejemplo, 19 puntos calientes, exista la posibilidad de recuperar ese entorno con diferentes acciones. Después viene el tema de la persecución judicial y en ese sentido se necesita que los colombianos sientan mayor nivel de confianza cuando ponen una denuncia.

En los últimos meses la delincuencia comenzó también a cruzar hacia este lado de la frontera con consecuencias lamentables. ¿Cómo se puede controlar este fenómeno?

Por cuenta de la crisis que se vive en Venezuela, el deterioro social y la persecución  a ciertos sectores vinculados con el crimen, estos han encontrado, cruzando la frontera, más dinero y mejores objetivos para sacar provecho. Para esto hay dos propuestas que son claves: tenemos que acabar esa brecha tecnológica que existe entre el trabajo diario de la Policía y lo que podemos hacer desde la Alcaldía. Por ejemplo, se debe hacer un control con cámaras inteligentes para lograr la biometría del rostro de los delincuentes. En esa medida, quienes tengan cuentas pendientes con la justicia, tan pronto crucen el país, las autoridades tienen que tener la capacidad de detectar que llegaron. Otro punto que hay que tener en cuenta es que esas bandas criminales se han podido consolidar en Colombia, no solo por la permisividad de las autoridades venezolanas, sino de algunos sectores de la Policía Nacional.

Este último punto se ha vuelto cada vez más frecuente, ¿qué hacer?

En la propuesta de Carlos Luna se propone el programa ‘Un policía-una cámara’ que es un programa que se ha hecho muy conocido. Los ojos de la Policía no se pueden agotar en el espacio que vigilan. Necesitamos más cobertura, seguimiento en tiempo real al día a día de los uniformados y mayores garantías para todos los ciudadanos.

Siempre que se registra un hecho delictivo se le achaca la responsabilidad a la falta de eficacia de las autoridades, ¿quién más está fallando en la cadena?

Nosotros no podemos dejar todo este trabajo única y exclusivamente en la gente que tiene a su cargo estos temas tan difíciles. Tenemos que pensar en otro tipo de iniciativas. Las cárceles en Colombia se han convertido no solo en unos sitios a los que llevan los delincuentes para sacarlos de la sociedad. Tampoco se han convertido en sitios de resocialización y ahí fallamos en el tema de las bandas que cruzan la frontera, pues muchas de las personas que son detenidas terminan en unas cárceles que se convierten en verdaderas universidades del crimen.  Por eso, si no intervenimos ahí, difícilmente vamos a luchar contra ellos. Es urgente generar mejores condiciones. Aquí necesitamos prevención, trámite judicial y de manera especial una mente abierta.

¿Pueden confiar los cucuteños que no todo está perdido en materia de seguridad ciudadana?

Claro que sí. No hay una sola experiencia en América Latina en donde un alcalde que esté comprometido en términos de política pública en tener resultados de seguridad ciudadana, no sea exitoso.

¿Cómo deberán enfrentar los próximos alcaldes un eventual posconflicto?

Si estamos pensando seriamente en el posconflicto, si creemos que hay una posibilidad de superar el problema que vivimos por más de 50 años de enfrentamiento armado, creo que hay que abrirle la oportunidad a los desmovilizados, a las víctimas y a cualquier persona que quiera y tenga un particular interés en crecer. Esto va ligado, por supuesto, de un mecanismo de oportunidades laborales.