Aunque la renuncia del senador Álvaro Uribe Vélez, por cuenta de la investigación que le abrió la Corte Suprema de Justicia, ha desatado diversas conjeturas y explicaciones, y hay quienes aseguran que esta era una decisión previamente planeada, para estar mucho más atento al electo presidente, Iván Duque, lo cierto es que este nuevo enfrentamiento entre el exmandatario y la justicia le representa también un reto al próximo gobernante.

Como es sabido, de tiempo atrás las relaciones entre Uribe y la Corte Suprema de Justicia han sido complejas. No obstante, desde que fue elegido, Duque les envió un mensaje de cordialidad a las cortes e, incluso, habló de la importancia de lograr una reforma a la justicia consensuada.

Sin embargo, ante este nuevo giro y faltando apenas unos cuantos días para asumir las riendas del país, el nuevo jefe de Estado parece enfrentado al enorme desafío de mantener el equilibrio, la independencia y el respeto hacia la Rama Judicial, para evitar entrar en confrontaciones como le sucedió a su mentor, pero tampoco titubear en la defensa de Uribe.

Anoche, Duque se pronunció sobre el llamado a indagatoria del exmandatario y aseguró que tanto él, como todos los colombianos deben contar con las garantías para ejercer plenamente su derecho a la defensa, gozando de la presunción de inocencia en el marco del debido proceso.

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“Conocemos al expresidente Álvaro Uribe Vélez, somos testigos de su honorabilidad, rectitud, patriotismo y su incuestionable servicio al país y al Estado de Derecho. Somos respetuosos de la Constitución y sus instituciones”, dijo.

En ese sentido, se mostró seguro de que la inocencia de Uribe prevalecerá.