No es la primera vez que el presidente Iván Duque intenta llegar a un acuerdo nacional para lo que él mismo ha llamado asuntos trascendentales para el país, ni tampoco la primera ocasión en la que los partidos de oposición e independientes le salen un paso adelante, para demostrarle que le pueden dar la pelea, tanto en el Legislativo como ante la opinión pública.

Esta semana, nuevamente, el Gobierno no logró avances significativos para reformar la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), en temas relacionados con el narcotráfico y la extradición, como ha sido su interés desde que asumió el poder el nuevo jefe de Estado.

Para la analista política Claudia Dangond, el palo en la rueda en esta oportunidad  fue, una vez más, la falta de cálculo político que ha vendido demostrando Duque en lo que lleva de gobierno. Esta vez le “dio la papaya” a la oposición para aprovechar la coyuntura a su favor, tras no haber sido invitados a la cumbre de partidos, y con la que pretendía hacer un acuerdo nacional.

La experta señala que si el mandatario está hablando de un pacto nacional, este debe involucrar a todo el territorio nacional y no se debe empezar por excluir a ninguna de las fuerzas que lo representan a nivel político.

Un día después de que el presidente  convocara a los partidos de gobierno e independientes, Centro Democrático, Conservador, Mira, Colombia Justa Libres, de La U, Cambio Radical y Liberal, la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, manifestó que era mejor esperar el pronunciamiento de la Corte Constitucional sobre las objeciones presidenciales a Ley Estatutaria de la JEP, para seguir avanzando en la búsqueda del gran pacto nacional con las fuerzas políticas.

La decisión se tomó a raíz de los condicionamientos que le pusieron al mandatario los dirigentes de las bancadas de La U y Liberal, Aurelio Iragorri y César Gaviria, respectivamente, quienes le pidieron esperar el fallo del alto tribunal para poder conversar sobre estos asuntos. También le pidieron incluir a la oposición en dicha deliberación.

Esta coyuntura fue aprovechada por la Alianza Verde para avanzar en las negociaciones con los independientes.

De acuerdo con Dangond, la cultura política del país es difícil de cambiar y en especial la del Congreso de la República, que ha tenido la misma dinámica durante muchos años, sobre todo con unos partidos de oposición fortalecidos. 

Por eso, agrega que hacer este tipo de acuerdos es complejo en plena época electoral, puesto que  cada una de las fuerzas políticas está tratando de fortalecerse a través del discurso.

No obstante, Dangond considera que la oposición tampoco logrará consolidar este acuerdo, al menos no el llamado nacional, si no invita al Gobierno y a las demás fuerzas políticas afines a él, porque de lo contrario estaría repitiendo el escenario. “Duque, seguramente, va a seguir intentando hacer una convocatoria nacional, que es lo que le corresponde. Probablemente tome conciencia de convocar a todas las fuerzas para buscar ese liderazgo”, dice.

Al respecto, la senadora de la Alianza Verde Angélica Lozano dijo que los acercamientos entre el  presidente de su partido, Antonio Navarro Wolff; del Liberal, César Gaviria; de La U, Aurelio Iragorri; y de Cambio Radical, Germán Vargas Lleras, van por buen camino, pues de entrada coinciden en que la oposición debió estar presente en la reunión convocada por Duque.

Según Navarro Wolff, la defensa que pretenden hacer con los independientes se basa en el ambiente de  confusión y conflictividad que se ha creado en ramas del poder público, como el Congreso y la Justicia, las cuales han sido desafiadas por el presidente en varias ocasiones y, en especial, con las objeciones presidenciales a la Ley Estatutaria de la JEP, con las que se puso en duda la supremacía de la Corte Constitucional.

Esperar a la corte, la mejor opción

Para el analista Jorge Iván Cuervo, el cálculo político le salió mal al Gobierno, al no dimensionar que lo natural es que su coalición política debe ser con los partidos Centro Democrático, Conservador, Colombia Justa Libres, Mira y algunos otros partidos cristianos, y no con el Partido Liberal y el Partido de La U, que han dicho que apoyan la agenda legislativa en algunos temas, más no sobre la paz.

“Si es sobre asuntos esenciales de la paz, como participación política o reformas a la JEP, nunca va a haber un acuerdo, porque además este tendría que ser discutido con las Farc, ya que habría que revisar si lo aceptan”, agrega Cuervo.

De acuerdo con el analista, el objetivo del Gobierno sería condicionar ese pacto a los grandes temas relacionados con el acuerdo de La Habana y es en ese punto donde comenzaría un tire y afloje con los partidos que están a favor de este. Además, sostiene que si Duque se sigue concentrando en este ítem, podría llegar a un bloqueo institucional y político de su agenda, debido a que desde el inicio él conoce la posición de cada una de las fuerzas en el Congreso.

Con relación al llamado de la oposición, de hacer un gran pacto, como respuesta por no haber sido invitados a la cumbre de Palacio, Cuervo dice que no pasará de ser algo simbólico, por las mismas razones por las que Duque no lo logró y es porque han sido claros con su posición frente a la agenda legislativa y alrededor de la paz.

El analista hace énfasis en los condicionamientos del presidente del Partido de la U, quien sostuvo que era necesario esperar la respuesta de la Corte Constitucional para pensar en un pacto. Cuervo manifiesta que es una especie de chantaje del que se infiere que si el organismo falla a favor de lo que ellos consideran salvaguardar la paz, no pasa nada, pero si es lo contrario, ahí sí pueden iniciar negociaciones.

“Este es un Gobierno que no sabe para dónde va. Es muy difícil proponer un pacto político viable en estas condiciones. Este Gobierno es ingenuo, porque quiere desconocer las implicaciones legales y constitucionales de las iniciativas que se propone llevar a cabo, es decir, si quiere modificar algunos aspectos de los acuerdos de La Habana tiene que saber qué es viable y qué no jurídicamente y eso no lo tiene claro”, señala el analista político John Mario González.

Uno de los argumentos utilizados por Navarro Wolff para justificar el llamado a los independientes a unir fuerzas fue que la administración del presidente Duque está en una crisis, porque carece de facultades para dirigir el rumbo del país que, según él, se demuestra en el aumento del desempleo, el estancamiento  económico, la poca inversión y el aumento considerable de la violencia en los territorios.

Sin embargo, González señala que para la oposición también sería difícil hacer un acuerdo con el 100 % de las fuerzas políticas, porque esto solo ocurre en momentos excepcionales dentro de una democracia. Agrega que más bien, lo que se necesita es sensatez y un pacto mayoritario, pero subraya que la agenda de los partidos independientes es diferente a la de los de oposición.

Lo cierto es que por el momento ni el Gobierno ni la oposición han logrado consolidar el gran acuerdo nacional para refrendar temas al interior del Legislativo. Sin embargo, la decisión que tome la Corte Constitucional, alrededor de las objeciones presidenciales a la Estatutaria de la JEP, podría inclinar la balanza, pero en el caso de que el presidente Duque salga ganador del pulso al interior del órgano jurídico, la batalla para lograr cerrar el pacto se libraría por las posiciones del Partido Centro Democrático, como lo indicaron los liberales y La U, luego de haber sostenido reuniones con el Presidente de la República.