Por medio de una carta que sería respaldada con la firma de 2.000 o 3.000 habitantes de los departamentos de frontera, como Norte de Santander, el Centro Democrático le pedirá a los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Venezuela, Nicolás Maduro, que se reúnan para acordar la apertura de los pasos limítrofes, cerrados hace nueve meses por orden del gobierno del vecino país.

Durante la audiencia pública que lideraron en Cúcuta los congresistas uribistas José Obdulio Gaviria, María del Rosario Guerra y Alfredo Rangel, para analizar la situación que enfrenta hoy esta zona del país, los dirigentes insistieron en que es contrario a la naturaleza mantener cerrado un paso que “incontables veces el libertador Simón Bolívar atravesó sin que nunca, nadie le exigiera mostrar su documentación”.

Para el senador Gaviria, el decreto que cerró la frontera, en agosto de 2015, es el equivalente a levantar un muro imaginario, “pero ominoso”. En ese sentido, consideró que echar para atrás esta decisión, “sería un acto de humanidad que agradeceríamos perennemente”.

“Decretar el cierre de la frontera contraría a la naturaleza, daña a la economía, divide a las familias, impide el ejercicio de los derechos fundamentales y entorpece la prestación de los servicios esenciales. Por favor, acuerden y decreten la apertura inmediata de la frontera, sigan el ejemplo de Bolívar y hagan ustedes todo lo que sea menester para que cese de inmediato el estado de infelicidad que nos embarga”, reza uno de los apartes de la misiva que será entregada a los dos mandatarios.

Sugieren una resistencia civil

A pesar del tono conciliador de la carta que será enviada a los presidentes Santos y Maduro, los congresistas del Centro Democrático insistieron, desde esta zona de frontera, en sus críticas a la actitud “hostil” que, consideran, ha tenido el mandatario venezolano contra los colombianos y la falta de eficacia y contundencia en la respuesta por parte del gobierno colombiano a esta afrenta.

Incluso, para el senador Alfredo Rangel, la consigna de la resistencia civil que planteó hace algunos días el expresidente Álvaro Uribe, como una forma de hacerle frente al inminente acuerdo de paz con las  Farc, es válida frente a la situación que ha ocasionado el cierre fronterizo.

“Es válido que el pueblo cucuteño y el pueblo de Norte de Santander, ojalá uniendo voluntades con otros departamentos como La Guajira, hiciera un movimiento de resistencia civil contra el cierre de la frontera, con marchas, con manifestaciones públicas, con cabildos abiertos, exigiendo la apertura inmediata de la frontera”, planteó Rangel.

El dirigente cuestionó que hasta ahora no se han visto, por parte del gobierno colombiano, las acciones diplomáticas contra el acto de agresión cometido por su par venezolano, “en aras de no molestarlos”.

‘Preocupa lo que viene’

Con cifras en mano, la senadora María del Rosario Guerra les presentó a los asistentes a la audiencia pública una radiografía sobre la situación que afrontaba Cúcuta en momentos en que se ordenó el cierre de la frontera y lo que esto ha provocado hasta el momento.

Dijo que hoy Cúcuta está mostrando unos índices de informalidad laboral del 70%, la pobreza por ingresos monetarios es creciente y el desempleo juvenil preocupante.

En contraste, aseguró que el Gobierno hizo una serie de promesas que no ha podido cumplir y que tiene molestos a los cucuteños y nortesantandereanos, contrario a lo que aseguró el presidente Juan Manuel Santos, hace algunos días.

Para Guerra, lo más preocupante para esta zona de frontera es lo que puede venir a futuro, dada la situación que enfrenta hoy Venezuela.

“Está al borde de colapsar la economía y el gobierno de Maduro, ¿cómo vamos a enfrentar ese momento?, porque va a ser Cúcuta y la frontera la que va a recibir ese gran golpe”, manifestó la congresista, quien insistió en que la ciudad no tiene en este momento una capacidad de respuesta para enfrentar lo que se puede venir.

La Opinión