La incertidumbre que rodea el proceso de implementación del acuerdo de paz, los cambios logrados por el uribismo al proyecto que reglamenta la JEP y la posibilidad de que Jesús Santrich pueda ser extraditado a los Estados Unidos, alejaron definitivamente la posibilidad de que Iván Márquez, el exjefe guerrillero que tenía un cupo asegurado en el Senado para el próximo periodo, regresara al Congreso.

Después de 30 años, cuando estuvo por primera vez y de manera fugaz en la Cámara de Representantes, a nombre del departamento de Caquetá y avalado por la Unión Patriótica, Márquez se aprestaba este 20 de julio a tomar posesión, nuevamente, de una curul en el Legislativo, como parte de los compromisos que quedaron suscritos en el acuerdo de La Habana.

No obstante, los problemas a los que empezó a quedar enfrentado lo que se pactó y la captura de Santrich por haber incurrido, presuntamente, en tráfico de drogas, después de su desmovilización, llevaron a Márquez a tomar la decisión de refugiarse en el Espacio Territorial de Miravalle (Caquetá). 

Después de varias semanas de expectativa y pese a los intentos hechos hasta por el propio excandidato presidencial Gustavo Petro, para lograr que Márquez replanteara su decisión, este definitivamente confirmó que no se posesionará el viernes.

“Siento que la paz de Colombia está atrapada en las redes de la traición”, escribió en una carta que hizo pública ayer.

El exjefe guerrillero descartó de esta manera la propuesta de Petro de asumir la curul y ayudar a la construcción “de una Nación grande, donde nadie sea excluido y donde la libertad nos permita cantar la cultura y expandirla”.

“Voy a estar el 20 de julio en el Congreso, deseo y solicito que todos los que se comprometieron por la paz estén allí, listos a defenderla. Le solicito Iván Márquez que usted esté allí, cumpliendo el mandato de su pueblo”, le había escrito Petro al exdirigente de las Farc el pasado 30 de junio, en una carta que fue revelada ayer.