La abultada lista de candidatos por firmas para la Presidencia de la República que el año pasado sorprendió al país y que hizo pensar que la de 2018 sería una elección sin precedentes en la historia de Colombia, terminó reducida de manera significativa, según el reporte entregado ayer por la Registraduría.

De casi 50 comités que se inscribieron inicialmente para respaldar proyectos electorales y lograr el aval para los comicios del 27 de mayo, solo 11 quedaron en el camino y al final apenas 8 recibieron luz verde para seguir en la campaña, tras cumplir con el número mínimo de firmas requerido.

Ellos fueron:

-Germán Vargas Lleras, movimiento Mejor Vargas Lleras: 2’752.287 apoyos válidos, de los 5’522.088 que presentó.

-Carlos Eduardo Caicedo, movimiento Fuerza Ciudadana: 885.599 firmas válidas de los 2’058.720 que entregó.

-Alejandro Ordóñez Maldonado, La Patria de Pie:  841.460 firmas avaladas, de 2’208.543 presentadas.

-Piedad Esneda Córdoba Ruíz, movimiento Poder Ciudadano: 836.790 apoyos válidos. Había entregado 1’316.386.

-Sergio Fajardo, movimiento Compromiso ciudadano: 674.471 firmas válidas del 1’019.341 que radicó.

-Juan Carlos Pinzón Bueno, movimiento Ante Todo Colombia: 569.042 apoyos validados. Entregó a la Registraduría 869.250

-Gustavo Petro Urrego, movimiento Colombia Humana: 550.337 firmas certificadas, de 852.345 presentadas.

-Marta Lucía Ramírez, Por una Colombia Honesta y Fuerte: 440.502 apoyos válidos. Entregó 821.880

Los grupos significativos de ciudadanos que decidieron optar por la vía de las firmas para meterse en la competencia, tenían que cumplir con un mínimo de 386.148 apoyos válidos, correspondientes al 3% del total de los votos válidos depositados en las anteriores elecciones de presidente.

Tras la revisión, la organización electoral encontró que de los 11 comités que radicaron los formatos diligenciados, tres no alcanzaron dicho umbral y por eso no pueden seguir en la carrera presidencial.

De acuerdo con el registrador nacional, Juan Carlos Galindo, durante el proceso de revisión se tuvo en cuenta, entre otros aspectos, que los datos de quienes firmaron estuvieran completos y coincidieran nombre y cédula, que pertenecieran al censo electoral y que no hubiera firmas uniprocedentes.