La situación de choque entre el alcalde Donamaris Ramírez Lobo y el concejal Pedro Durán Barajas tiene tanto alcance público que impone un riguroso ejercicio de verificación de la versión que genera el impacto.

Es por lo tanto necesario buscar elementos que contribuyan a la construcción de una verdad que no deje dudas. A una y otra parte corresponde someterse a prueba de precisiones y esto impone decantar lo que se ha dicho.

La Opinión estimó pertinente volver sobre lo que dicen los protaganistas y habló con el concejal Pedro Durán, quien presentó ante la Procuraduría una denuncia que afecta al alcalde Donamaris Ramírez, pero que este califica de deleznable, según los términos de su respuesta inicial.

¿Cuál es la convicción que tiene de la denuncia que presentó ante la Procuraduría contra el alcalde Donamaris Ramírez, por una supuesta oferta de pago a los concejales para que aprobaran un proyecto de acuerdo relacionado con predios para la construcción de vivienda?

-Mi convicción como ciudadano y persona interesada en la administración municipal es la de que los procesos relacionados con la definición de los usos del suelo en todos los municipios de Colombia entrañan negociaciones entre propietarios y la Administración Municipal que a veces llegan al extremo de traducirse en los términos de la grabación que conocemos. Quizá no sea un hecho aislado, a lo mejor sea frecuente que los alcaldes concerten con los propietarios de tierras, de esa manera, la definición de su uso. En este caso, tienen interés en que se incorporen al perímetro urbano. Pero a lo que se debe llegar es a que estas decisiones se tomen atendiendo criterios de planificación.  Cúcuta no puede estar tomando decisiones cruciales sobre su desarrollo, en el sentido de que quien paga puede aspirar a que su predio se incorpore al área urbana y el que no paga queda marginado. Eso ha determinado que el crecimiento de la ciudad haya resultado caótico.

¿Usted cree que los concejales son proclives al tipo de prebendas de que se habla?

-Con las pruebas existentes no se puede demostrar eso con respecto a los concejales. Si, en cambio, es un indicio muy fuerte que involucra al alcalde. Creo que la de la grabación es su voz. Si los concejales están implicados o no es algo que debe establecer la investigación a partir de ese indicio. Lo que espero es que la investigación sea rigurosa e imparcial.

Usted no tomó en cuenta la posibilidad de un debate en el Concejo para tratar este asunto?

-Creo que ese debate hay que hacerlo y los propios concejales deben proponerlo. No basta con una declaración extrajuicio en una Notaria.

¿Qué hay con respecto a su seguridad?

-Solicité al presidente del Concejo la protección que requiero para mi seguridad, pero me respondió que debía demostrar mi situación de riesgo. A él hago responsable de lo que me pueda pasar dada la negligencia con que está procediendo en mi caso.

Hay quienes consideran que usted está aprovechando esta coyuntura para hacer protagonismo político.

-Quienes dicen eso están buscando descalificarme por las denuncias que he hecho, pero no refutan el contenido de las mismas. Yo estoy en la obligación legal de denunciar los hechos de corrupción de los cuales tenga conocimiento. También es cierto que por mi condición de concejal participo de la vida política de la ciudad, pero no por esa razón los motivos que me impulsan son necesariamente políticos. Pero si así fuera, eso no me descalifica tampoco. Lo que espero es que los involucrados respondan ante las instancias a las cuales competa conocer los hechos expuestos.

¿Qué tanta solidaridad o rechazo ha sentido usted por lo denunciado?

-He sentido muchas voces de solidaridad. Hay muchos cucuteños interesados en que la ciudad se administre bien. Se han hastiado de que sean la corrupción y los intereses económicos particulares los predominantes en las decisiones administrativas, como las relacionadas con el uso del suelo. Hay que reaccionar contra unos dirigentes que han llevado a Cúcuta al atraso, sacándola de la escala de importancia que compartía con otras capitales.

¿Se considera un opositor al alcalde Donamaris Ramírez?

-No me considero opositor del alcalde. Lo que sucede es que ha incurrido en actos negativos ante los cuales hay que expresar disgusto. En el Concejo ha habido coaliciones en favor y en contra del alcalde. Yo no he querido participar en ninguna. Tampoco he querido tener conversaciones con él. Como tampoco con los concejales que se le han opuesto. Mi labor como concejal debe estar al margen de negocios o de entendimientos que perturben el compromiso que tengo con la comunidad, que es el de velar por el interés público y procurar que las decisiones que se tomen y en las cuales participa el Concejo, se asuman con el mejor criterio.

¿Sintió presiones o recibió consejos para que no diera ese paso?

-Con nadie consulté la decisión que tomé, salvo los abogados que me ayudaron a preparar la queja ante el Procurador. Cuando la información llegó a mis manos consideré que debía llevarla al conocimiento de la autoridad competente. Tengo cercanías con el senador Juan Fernando Cristo y el representante Alejandro Carlos Chacón, pero en asuntos de partido. Mis actos en cumplimiento de las funciones de concejal corresponden a mi criterio. Tomo siempre en cuenta el interés de la comunidad.

¿Le hace algún reconocimiento positivo al alcalde Donamaris Ramírez?

-Me parece que en algunos aspectos de su gestión es una persona diligente. Se levanta muy temprano y se acuesta muy tarde. Con muy buenas intenciones se dedica a microgerenciar la ciudad. Supervisa obras de pavimentación, visita barrios y se advierte que quiere que las cosas mejoren y de ello he hecho reconocimiento. Lo que creo es que debiera microgerenciar menos y delegar más. También debo decir que estoy en desacuerdo con hechos de corrupción muy graves. Muchos de los cuales no he podido denunciar por falta de soportes documentales.