La Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz finaliza este sábado y en su agenda se dedicó un espacio exclusivo para hablar del proceso de paz de Colombia.

El panel destinado para este tema estuvo conformado por jefe negociador del Gobierno, Humberto De la Calle; el alto Comisionado de Paz, Sergio Jaramillo; los premios Nobel José Ramos Horta y Lord David Trimble; Jean Arnault, representante de la Misión de las Naciones Unidas; y como representante de las Farc Iván Márquez.

Los miembros de la delegación de paz quienes estuvieron durante más de cuatro años en La Habana, Cuba, explicaron los puntos trascendentales que lograron mantener la negociación, pero todos coincidieron en que el reto ahora es cumplir, especialmente Márquez, quien dijo que no se ha cumplido con temas importantes.

Todos abordaron de alguna manera la necesidad del cumplimiento a futuro, en especial de cara a las elecciones de 2018. El alto comisionado pidió respeto al proceso.

“Quiero que les soliciten, que le exijan a los candidatos presidenciales de 2018 que respeten el proceso de paz, que se comprometan públicamente a respetar el proceso para la reincorporación de las Farc porque la verdad es que vamos muy bien”, dijo Jaramillo en Corferias.

Lo anterior tras una reflexión de dos puntos. El primero, respecto a que les faltó estar más en Colombia durante los años de negociación en La Habana. “Creo que si tuviéramos que volver a hacer las cosas otra vez  tendríamos que haber pasado más tiempo en Colombia explicando  qué es lo que estábamos haciendo en La Habana”; y el segundo, precisamente sobre la política y la paz.

“En el caso de la democracia colombiana, el interés  por el poder tiende a derrotar el interés por la paz y ese es el escenario que enfrentamos hoy en el marco de las elecciones del 2018. Hoy hay quienes están dispuestos a atacar abiertamente y de todos las formas el proceso  de paz con tal de llegar al poder; y hay quienes lo hacen de manera más subrepticia, a través  de terceros pero con el mismo interés. Y a ninguno de los dos les importa  que se derrumbe el proceso de paz con tal de llegar al poder”.

Sobre eso también, el jefe de la negociación del Gobierno, Humberto de la Calle, afirmó: “hay una obligación de cumplir, el Estado tiene que cumplir los compromisos. Nosotros entendemos la discusión con algunas autoridades del Estado, con el propio Congreso, ahí hay una especie de tensión. Hay que oírlos, pero manteniendo intacta la fibra central de lo acordado, porque de lo contrario sería un acto de perfidia. Uno no puede firmar a nombre del Estado un acuerdo, desarmar a una guerrilla, para luego recomenzar una negociación que está fuera de lugar”.

“Necesitamos eficiencia, necesitamos cumplimiento”

“Necesitamos eficiencia, necesitamos cumplimiento”, dijo Márquez en su intervención, tras reclamar porque no se han aplicado los indultos y la adecuación de las zonas veredales transitorias no estuvo lista como se planeó en un primer momento.

“Hace un mes fue aprobado por el legislativo la Ley de Amnistía, amnistía que por ser de derecho debe ser de inmediata aplicación pero no se ha asumido por los jueces de ejecución de penas, (…) lo que ha traído desconfianza e incertidumbre a la insurgencia. No veo por ninguna parte las excarcelaciones”, dijo.

Sin embargo, al respecto, y minutos antes el comisionado de Paz se refirió al tema: “Reconozcamos que ahora con la implementación enfrentamos unos enormes obstáculos, algunos que son conocidos pues nunca hay suficientes recursos para todo lo que hay que hacer, los gobiernos en general tienen una baja capacidad gerencial y administrativa para llevar realmente los compromisos a los territorios”.

Por lo que Márquez concluyó: “Esperamos que la buena voluntad comprometida por el gobierno podemos sacar adelante el proceso de paz”.

El enfoque de género

Durante la charla, De la Calle resaltó el tema del enfoque de género y rechazó la forma cómo fue usado en la campaña del ‘No’ en el plebiscito.

“Quiero exaltar de nuevo el enfoque de género que impregna todo el acuerdo. Enfoque de género que sirvió de manera maliciosa para orquestar una campaña en contra de los acuerdos absolutamente infame. En los acuerdos jamás se pensó en la destrucción de la familia. Lo que dijimos es una verdad evidente: el conflicto ha golpeado de manera distinta por regiones, por etnias, en términos geográficos, hay un efecto diferencial del acuerdo y en particular el mayor grado de victimización la han sufrido las mujeres”.

Y agregó: “es muy triste, que el avance de una naturaleza reconocido mundialmente, y que por primera vez se da en un acuerdo haya sido afectado de una manera absolutamente mentirosa”.