La insignia blanca de metal, una paloma, que lució el Presidente Santos en la solapa durante el proceso de paz, además del balígrafo, instrumento con el que se firmó el acuerdo de paz, reposarán en  el centro cultural de la capital de Suecia.

Así se informó durante la visita del Presidente de la República, Juan Manuel Santos, a Noruega y Suecia para la entrega del Premio Nobel de Paz.

Santos donó los dos elementos al museo de Estocolmo por la carga simbólica que tienen en el proceso de paz que terminó con la firma del mismo con las Farc.

Sobre la paloma de la paz, se recuerda que el primer mandatario de los colombianos empezó a usarla desde el momento en que el proceso con la guerrilla empezó a tomar forma definitiva, siempre ubicada en la solapa izquierda de sus trajes.

Este fue un elemento que se convirtió en un símbolo de la búsqueda de la paz con miras a la terminación del conflicto que por más de 50 años afectó a los colombianos. Un elemento similar al que ahora reposa en el museo de Estocolmo Santos se lo entregó a Rodrigo Londoño alias Timochenko, jefe máximo de las Farc, el día en que se firmó la paz en Cartagena.  

La entrega de estos dos obsequios se hizo durante la reunión bilateral entre Santos y el Primer Ministro sueco, Stefan Löfven.

Balígrafo

La otra donación para el Museo también tiene un gran simbolismo, pues refleja el dolor y las inclemencias de un conflicto de más de medio siglo, pero también la esperanza que implica la suscripción del Acuerdo para poner fin al mismo.

El Primer Ministro Löfven recibió de manos del presidente colombiano el ‘balígrafo’ como se conoció el instrumento de escritura (bolígrafo) hecho del casquillo de una bala de fusil, que se ha usado para suscribir los más importantes acuerdos alcanzados con las Farc en el marco de las negociaciones de paz.

Precisamente, con ese elemento se firmó en noviembre pasado el Acuerdo del Teatro Colón, con el que se puso punto final al conflicto de más de medio siglo.

Con la leyenda “las balas escribieron nuestro pasado. La educación, nuestro futuro”, el balígrafo se convirtió en un símbolo de la transición de Colombia de la guerra, hacia la paz.