El Partido Liberal, que buscaba mostrarse como un alternativa sólida y fortalecida para las elecciones de 2018, atraviesa uno de sus momentos más difíciles por cuenta de la consulta abierta que decidió celebrar para escoger a su candidato único.

Además de las críticas que han llovido contra la colectividad por los millonarios costos que implica la organización de la contienda prevista para el próximo 19 de noviembre, al interior del partido se ha desatado un duro enfrentamiento entre uno de los precandidatos, el exministro Juan Fernando Cristo, y el expresidente y jefe único del liberalismo, César Gaviria.

A este último lo señalan como el principal patrocinador e impulsor de la aspiración del exjefe negociador, Humberto De la Calle, quien inicialmente  había decidido no participar de la consulta, pero que tras el regreso de Gaviria a la dirección, aceptó someterse al mecanismo de participación.

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Esta condición habría desatado una supuesta “guerra sucia” en contra de Cristo, quien dada su trayectoria política, cuenta con un importante capital electoral en los diferentes departamentos, sumado a los apoyos que inicialmente le ofreció la mayoría de congresistas liberales, lo cual le aseguraba una eventual ventaja para la consulta.

Sin embargo, en los últimos días, al exministro le revelaron un supuesto organigrama de apoyos que estaría recibiendo desde los Ministerios del Interior y Trabajo, como también de la Unidad de Víctimas.

Esto, a cambio de contratos para los congresistas que decidan votar por él y ayudarlo con votos.

Estos comentarios desataron la ira del exfuncionario de Gobierno, quien acusó directamente al expresidente César Gaviria de estar detrás de la campaña de desprestigio.

Según Cristo, el jefe del liberalismo está llevando al partido a una profunda división y ejerciendo presiones indebidas para favorecer a De la Calle.

“Jugué en equipo, creí en la imparcialidad del árbitro y me equivoqué. Gaviria nos engañó. Desde la Dirección Liberal, en estas dos semanas de campaña, se han dedicado a amenazar con los avales a la mayoría de los dirigentes que acompañan mi candidatura”, aseguró el precandidato nortesantandereano.

Dijo que, incluso,  se quiso evitar la consulta liberal con presión desde la dirección de la colectividad.

“Después intentaron desmontar la elección del 19 de noviembre, y ahora, al ver que caminamos hacia el triunfo, arrancaron desde el fin de semana anterior una feroz campaña de guerra sucia dirigida desde la propia sede del partido. Gaviria conduce al liberalismo a la división y el fracaso”, sostuvo, al tiempo que invitó a quienes lo están atacando, a enfrentarse en lo que queda de campaña “con ideas y propuestas”.

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Al enfrentamiento que quedó servido entre Cristo y Gaviria, quien hasta el momento no ha respondido a los señalamientos del exministro, se suma también la renuncia del tercer precandidato a la consulta, el senador Edison Delgado, quien consideró que el nuevo esquema de votación lo afecta, pues la mayoría de sus apoyos están en la zona rural.

Delgado se le unió ayer a Humberto de la Calle.

De la Calle niega campaña sucia

En medio de la tensión que existe hoy al interior del liberalismo por la consulta abierta, el exjefe del equipo negociador en los diálogos con las Farc, Humberto de la Calle, negó que esté propiciando una campaña de desprestigio contra su contendor, Juan Fernando Cristo.

“No quiero hacer una campaña sucia ni contra el doctor Cristo ni con ninguno de los contendientes futuros. Espero continuar con una línea de respeto y reflexión, no entro en ese tipo de controversias”, señaló, durante el acto en el que el senador Edison Delgado adhirió a su campaña.

De la Calle hizo un llamado al consenso y dijo que no se deben estigmatizar las consultas internas.

“Es un absurdo decir que son unas roscas cerradas de los partidos, no podemos exagerar. Si así fuera, es mas barata la dictadura que la democracia”, señaló.

El aspirante también consideró que el propósito con la consulta del 19 no es crear fisuras en el liberalismo, sino que, por el contrario, se preserve la unidad como se proyectó en el pasado congreso de la colectividad.