Cristian Lozano es un comunicador social-periodista, próximo a graduarse de la Universidad Católica de Pereira, al que los temas de paz lo motivan.

Aunque no tenía mayores esperanzas de ser uno de los favorecidos con el programa de pasantías del PNUD y la Alta Consejería para el Posconflicto, por la alta demanda de universitarios que querían vincularse al programa, logró el objetivo y fue así como llegó a Ocaña, otro de los municipios de Norte de Santander al que le ha tocado enfrentar la frialdad de la violencia.

Su primera tarea fue reconstruir justamente ese pasado triste que ha tenido que vivir esta provincia, como una forma de hacer memoria, pero también para identificar las necesidades que existen no solo entre los pobladores sino en la misma institucionalidad.

A partir de esta experiencia, Cristian pudo darse cuenta de la dimensión del conflicto en departamentos como este, al que no conocía.

“Norte de Santander tiene una realidad muy triste y dramática y es el volumen de víctimas que sigue dejando el conflicto”, reconoce.

A pesar del choque que le produjo enterarse de la crudeza de la guerra en esta zona del país, en la que hacen presencia todos los grupos al margen de la ley y las bandas criminales que se disputan el negocio del narcotráfico, este pereirano tuvo la oportunidad, después, de hacer pedagogía para enseñar que la paz sí es posible.

Junto con otros de sus compañeros y liderados por el PNUD, que le viene apostando a la construcción de paz a nivel territorial, llevaron a cabo varios talleres en Ocaña, Ábrego, Cúcuta y su área metropolitana, en los que no solo compartieron las vivencias de muchas víctimas, sino que se dedicaron a llevar un mensaje esperanzador y hacer ver que es posible salir adelante en medio de las dificultades.

De su experiencia le quedan varias enseñanzas: despertar el sentido que quiere darle a su profesión, fortalecer la capacidad de escuchar, sensibilizarse como persona y otorgarle una dimensión de respeto a los demás.