En poco más de un mes, antes del 27 de octubre, los funcionarios públicos, representantes legales de entidades que administren tributos, ordenadores del gasto y los titulares de entes de control que tengan la mira puesta en las elecciones locales y regionales de 2019, deberán poner sobre la mesa sus cartas de renuncia, para evitar cualquier inhabilidad.

Hasta el momento, en Norte de Santander ya son varios los personajes que han saltado a la arena y que dejaron ver su intención de aspirar, bien sea a una alcaldía o a la Gobernación, como el excontralor Silvano Serrano, el exsecretario de Hacienda, Martín Martínez y el actual director de Planeación Municipal, Cristian Buitrago, entre otros.

Sin embargo, hay un nombre que viene sonando con insistencia desde hace ya varios meses como otro de los posibles integrantes de la baraja, pero sobre el cual hay una expectativa mayor, como quiera que no solo es hoy el director de una de las entidades más importantes de la región y con un marcado protagonismo en materia electoral, sino porque su retiro podría desencadenar un gran remezón político.

Ese nombre es el de Gregorio ‘Goyo’ Angarita Lamk, elegido en diciembre de 2015 como director de Corponor, en medio de una fuerte disputa entre dos de las fuerzas políticas con más peso de la región: la del senador Juan Manuel Corzo, que por años mantuvo la hegemonía en esa corporación, y la del entonces gobernador Edgar Díaz y su sucesor William Villamizar Laguado.

La elección de Angarita se dio para un periodo de cuatro años que terminan el próximo año, pero las posibilidades de reelección también están servidas en ese cargo. 

No obstante, su instinto político, el “empujón anímico” que le estarían dando algunos dirigentes de la región para que se aventure nuevamente con un proyecto electoral en 2019 y los resultados de un sondeo que se conoció hace algunas semanas y que lo posiciona en los primeros lugares de favorabilidad e intención de voto, por encima, incluso, de Serrano, Martínez, Milla Romero, Andrés Hoyos y otros posibles candidatos, tienen muy motivado a Angarita y barajando seriamente la idea de renunciar al cargo.

Aun así, la decisión no es fácil, pues de por medio están también sus ‘padrinos’ políticos, Edgar Díaz y William Villamizar, quienes desde hace algún tiempo vienen trabajando en un proyecto para el próximo año, frente al cual ya hay acuerdos, compromisos y una pauta más o menos clara con relación a las candidaturas a las que le apostarán, y en las que, hasta ahora, no aparece Goyo.

Así las cosas, una eventual salida suya de Corponor podría alterar los planes y poner en aprietos a una de las organizaciones políticas con más peso en la región y que hoy, aunque todavía falta mucho tiempo para la elección, se  muestra con la opción más clara de conservar su poder en la Gobernación de Norte de Santander para el periodo 2020-2023.

División, la principal consecuencia 

Miembros del grupo político del gobernador William Villamizar y del ahora senador de Cambio Radical, Edgar Díaz, aseguran que el protagonismo que ha adquirido Gregorio Angarita Lamk  en los últimos años, luego de su fallido intento por llegar a la Alcaldía de Cúcuta, en 2011, lo ha empoderado como un actor destacado en la escena pública, de ahí que considere que puede tener oportunidad en los comicios del próximo año.

Como se recuerda, Angarita estuvo al frente de los Juegos Nacionales en 2012, fue  secretario general de la Gobernación entre 2013 y 2014, cargo desde el cual tuvo que reemplazar en varias oportunidades al mandatario departamental, y en 2016 llegó a la dirección de Corponor. Todo esto, de la mano de Díaz y Villamizar. Por eso, Goyo estaría considerado que esos ya son kilómetros suficientes para pedir un nuevo empujón, con miras a 2019.   

Sin embargo, su decisión, más que una opción en estos momentos para la organización política  a la que pertenece, lo que generaría sería dificultades y apuros para sus aliados.

Esto, pues además de poner en riesgo la candidatura de Silvano Serrano, que es a la que ya se le identifica con este sector, terminaría por dividir no solo los apoyos, sino al propio gobernador y al congresista, dándole la oportunidad a coaliciones como la del ‘No’ (Centro Democrático y conservadores), de hacerse más fuertes y dar la pelea por quedarse con el Palacio de la Cúpula Chata.

“Si Goyo se retira divide al grupo, porque Edgar Díaz es el amigo de él y no lo dejaría solo. En ese sentido, William y sus amigos tendrían que irse por su lado con Silvano o el que quede y eso fractura a todo el grupo”, aseguró un allegado al senador de Cambio Radical, que ha conocido de cerca las movidas alrededor de la idea de Angarita.

Otro conocedor de la política local coincide en que si Gregorio Angarita se la juega con su aspiración, “desarma muchas cosas frente a apoyos y demás. Desgasta al grupo político”.

Corponor, otro factor clave en la decisión

Además de la división que podría desencadenar su renuncia y una apuesta electoral para el próximo año, la salida de Angarita de Corponor le traería serios problemas a su amigo y aliado Edgar Díaz Contreras, quien fue el encargado de dar una dura pelea por llevarlo a la entidad.

Y es que, como es sabido, esta es una de las entidades más apetecidas en la región, por el poder de maniobra que tiene con la contratación (más de $30 mil millones de presupuesto) y la influencia sobre los alcaldes de Norte de Santander, lo cual se puede traducir fácilmente en votos.

Con Angarita afuera, nada le garantiza ni a Díaz ni al gobernador Villamizar que puedan mantener su poder en la Corporación Autónoma, pues ahora con Iván Duque como presidente de la República el panorama es otro y la pelota queda entonces en la cancha de los uribistas y conservadores, quienes podrían aliarse para poner allí a uno de los suyos.

En cambio, si Goyo decide mantenerse, se haría un poco más expedito el camino hacia su reelección y de paso lo fortalecería mucho más políticamente, con miras a los comicios locales y regionales de 2023.

“Quienes lo están aconsejando para que se retire saben que detrás también hay un interés en que les despeje el camino para Corponor. Necesitan el camino libre”, asegura un integrante del equipo de Villamizar.

Con este coincidió un concejal de la ciudad que no cree que Angarita renuncie, pues asegura que “este sería un golpe durísimo para Edgar. En cambio, si se queda es más fácil que asegure su reelección”.

Otras voces con conocimiento sobre la política de la región insisten en que la dimisión de Angarita sería “un error estratégico” de su parte, que no dudarían en capitalizar los representantes de la coalición del ‘No’.

“Corponor es un fortín electoral muy importante y si se lo quitan a William y a Edgar, ahí los conservadores y el Centro Democrático si tienen el poder de quitarle casi una pierna a ese grupo político”.

Para algunos, lo mejor que puede hacer Gregorio Angarita es quedarse en su cargo y continuar fortaleciéndose políticamente y al interior de la organización a la que pertenece.

“Que él desista de su precandidatura y que no ponga en riesgo ese equipo implica que le den más cosas a futuro”, aseguran.

Lo cierto es que a Angarita le quedan apenas 30 días para despejar su encrucijada, mientras que las voces de lado y lado seguirán susurrándole al oído para que desista o se lance al ruedo.