Siete meses después de que arrancaran en Quito (Ecuador) las conversaciones de paz  entre el Gobierno Nacional y la guerrilla del Eln, y en medio del escepticismo que ha rodeado esta negociación, las dos partes dieron ayer el paso más importante, en busca de un acuerdo definitivo para poner fin a la confrontación de más de medio siglo.

A partir del primero de octubre y durante 102 días, la Fuerza Pública y la guerrilla harán una tregua en sus enfrentamientos, como una forma de avanzar hacia un desescalamiento del conflicto y agilizar el estudio de la agenda pactada.

Si bien desde hacía varias semanas se venía hablando sobre la posibilidad de lograr un cese bilateral, a propósito de la visita del papa Francisco a Colombia, el anuncio hecho ayer por el presidente Juan Manuel Santos y los jefes de los equipos negociadores sorprendió al país, por ser este el primer alto el fuego que se logra de manera recíproca entre Gobierno y Eln.

De hecho, el mismo representante del grupo armado ilegal en la mesa, Pablo Beltrán, calificó este acuerdo como el “primer milagro de la visita del papa a Colombia”.

Aunque la tregua está pactada inicialmente hasta el 12 de enero de 2018, las partes dejaron abierta la posibilidad de que se pueda prorrogar, en la medida que se cumpla y se avance en las negociaciones sobre los demás puntos. 

Compromisos

El cese bilateral del fuego acordado entre el Gobierno y el Eln tiene su sustento en el cumplimiento de varios compromisos de parte y parte, que se deberán ir dando a lo largo de la suspensión de los enfrentamientos

Así las cosas, del lado de la guerrilla se acordó que deberá dejar de lado los secuestros, las afectaciones a la infraestructura física, incluido los oleoductos, no podrán reclutar menores de edad, ni instalar minas antipersonales.

Por su parte, el Gobierno se comprometió a mejorar las alertas tempranas para la protección de la vida e integridad de los líderes sociales y este año deberán adelantar un programa de tipo humanitario para la población carcelaria del país.

De la misma forma, tendrá que garantizar que la ley expedida recientemente para despenalizar varios tipos de la llamada protesta social sea ejecutada prontamente.

“Finalmente nos hemos comprometido a que una vez arranque ese proceso del cese el fuego, vamos a darle inicio a un proceso de concertación, de consulta con la ciudadanía que está prevista en la agenda que se pactó”, explicó el jefe negociador del Gobierno, Juan Camilo Restrepo.

Beltrán manifestó que para esa guerrilla es un reto cumplir todos los acuerdos pactados, con el fin de llevar a feliz término el cese. “Esperamos honrar esta palabra”, dijo.

Agregó que si bien el cese está acordado desde el primero de octubre, la aspiración del Eln es que desde ya se empiece a rebajar la intensidad del conflicto. “Esperamos que ese también sea el espíritu del Gobierno”.

El acuerdo logrado incluye también la extensión del ciclo de negociaciones, para establecer aspectos logísticos propios del cese. En ese sentido, se determinó que la cuarta ronda de las conversaciones iniciará el próximo lunes 23 de octubre.

La decisión de las partes, de frenar sus enfrentamientos, antecede la llegada de Francisco, quien durante cinco días de visita promoverá la reconciliación, tras respaldar el acuerdo que permitió el desarme de 7.000 combatientes y la transformación en partido político de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).

Habrá verificación

Los jefes negociadores en los diálogos de Ecuador anunciaron ayer, en el marco del ‘Acuerdo de Quito’, que el cese bilateral del fuego que entrará a regir a partir del primero de octubre y se extenderá hasta el 12 de enero del próximo año, contará con una veeduría.

Según lo acordado, se establecerá un mecanismo integrado por el Gobierno Nacional, el Ejército de Liberación Nacional (Eln), la ONU y la iglesia Católica, con el fin de hacer seguimiento al cumplimiento del cese y ayudar a prevenir e informar cualquier incidente que se presente.

Según Juan Camilo Restrepo, representante del Gobierno, los funcionarios de la ONU que han ido concluyendo sus funciones dentro del acuerdo con las Farc, participarán de esta veeduría, mientras la iglesia Católica hará un proceso de acompañamiento.

Pablo Beltrán, negociador de la guerrilla, manifestó que una característica de estos gestos es que son hechos para crear confianza. “Son de buena voluntad y buena fe, entonces la veeduría lo que hace es constatar posibles incidentes”, sostuvo.