Contrario al dicho popular cuando se habla de coqueteos femeninos, el máximo líder de las Farc, Rodrigo Londoño Echeverri, ‘le dejó todo a la imaginación’ con su propuesta de conformar “un Gobierno de Transición cuyo propósito fundamental sea el cumplimiento cabal de los Acuerdos de La Habana, el cual debería estar integrado por todas las fuerzas y sectores que han trabajado sin tregua por ello”.

Para algunos, como el expresidente César Gaviria Trujillo, “lo que plantea -‘Timochenko’- como fundamental, es lo que hoy ya tenemos: un Gobierno que respalda el acuerdo de paz”. Otros, como el excomandante de la antigua guerrilla del M-19, Otty Patiño Hormaza, dicen que “es una frase desafortunada”, pues “hablar de Gobierno de Transición siempre es muy chocante, pues la gente lo asocia a co-gobierno”.

De hecho, el senador del Centro Democrático, Alfredo Rangel Suárez, dice que “ese grupo terrorista no está satisfecho con las curules gratis que le van a dar en el Congreso sino que además quiere hacer un cogobierno con el presidente Santos o con el próximo Gobierno”.

Mientras, el historiador Álvaro Tirado Mejía se pregunta “¿Gobierno de Transición, para qué?”, pues recuerda que en la historia del país el único que ha existido fue el de la Junta Militar que asumió el poder cuando derrocó a Laureano Gómez, mientras se convocaba a elecciones presidenciales. “Me parece una frase enigmática”, señala el catedrático.

El senador Antonio Navarro tiene su propia interpretación: “Es buena señal que el comandante de las Farc esté hablando de política y quiera hacer política, pero primero tienen que desarmarse”.

Y lo trae a colación porque el M-19, que él dirigió en 1990, conformó una “coalición fuerte para impulsar la Asamblea Constituyente y se creó un Gobierno de Coalición donde estábamos el Movimiento de Salvación Nacional, el Partido Liberal, el Partido Conservador y la AD-M19. En el marco de ese acuerdo yo fui Ministro de Salud. Pero ya estábamos desarmados”, insiste.

La propuesta del jefe guerrillero se prestó hasta para el buen humor, pues no faltó un analista político que le dijo a COLPRENSA: "La propuesta de 'Timochenko' se parece mucho al dicho de 'la Chimoltrufia', el famoso personaje de 'El Chavo del Ocho', cuando decía: "¿Puedo saber qué es lo que estás pretendiendo tratar de querer ensinuar?" (Risas).

Con todo, fue el propio ‘Timo’ quien este viernes dio nuevas luces de que lo que quiso decir: “La campaña presidencial ya comenzó, los sectores que se oponen a la paz ya están posicionándose, los que defendemos la paz tenemos que hacer lo mismo”. Eso sí, dejó claro que eso no significa el lanzamiento de su campaña.

2018, en la mira

El catedrático de Eafit, Jorge Giraldo Ramírez, explica que los Gobiernos de Transición son una vieja propuesta del Partido Comunista y las Farc en la década de los sesenta, con la esperanza de algún día llegar al poder.

“Hoy la situación es distinta. El resultado del plebiscito del 2 de octubre replanteó el panorama político para 2018, y lo que buscan con su propuesta es armar desde ya una coalición política fuerte entre las Farc  y los partidos de la Unidad Nacional, para enfrentar la coalición Germán Vargas Lleras-Álvaro Uribe, que puede ganar las presidenciales”.

Al profesor Giraldo Ramírez no le falta razón, pues el resultado del plebiscito fue “un campanazo de alerta para el Gobierno y las demás fuerzas políticas que ven en la coalición Vargas-Uribe una fuerza arrolladora que podría afectar la implementación del Acuerdo Final de Paz y la transición hacia la paz”, al decir de León Valencia Agudelo, Director de la Fundación Paz y Reconciliación.

Ahora, la cuestión es qué fuerzas políticas quisieran hacer coalición con un grupo aún en proceso de desmovilización y desarme que todavía hoy cuenta con el más alto índice de impopularidad, según todas las encuestas, y que genera tantas resistencias.

“Lo claro -dice Valencia- es que las Farc no irán a las elecciones con candidato propio sino que buscan una gran coalición con todos los sectores que han apoyado el proceso de paz: el nuevo partido que creen el año entrante arrastrará un parte del Polo, una parte de los Verdes, las fuerzas sociales que participan en otros partidos, el Progresismo de Gustavo Petro, y eventualmente sectores importantes de los partidos de la Unidad Nacional”, considera el experto.

Incluso, una alianza con las Farc para el Partido Liberal sería “una bendición electoral muy grande”, en opinión de Pedro Medellín Torres, Director de la Fundación Ortega y Gasset. “Para el liberalismo sería una inyección potente porque están en una condición muy frágil: tiene el poder económico y tiene el poder político, pero no tiene el poder electoral”, afirma el observador.

En ese sentido, Valencia Agudelo dice que con su nuevo partido las Farc “buscarán participación en el Congreso y algunos de sus amigos ganarán circunscripciones especiales, además de algunas Asambleas y Concejo. Es un punto de arranque nada despreciable”.

De esa posible coalición no formarían parte, según el profesor de Eafit, “el Partido de La U, el Partido Conservador, Cambio Radical y el sector del Polo que lidera Jorge Robledo”.

'Tocon-U'

Si bien “la política es dinámica” como decía un famoso ex ministro del Interior, es mucho lo que falta para el ‘Desafío 2018’ donde los ‘sobrevivientes’ serán quienes logren llegar a primera vuelta.

“En el panorama pinta dos grandes coaliciones para la segunda vuelta: la que pueda surgir entre las fuerzas que apoyan el acuerdo con las Farc y la transición hacia la paz, y una eventual alianza Vargas Lleras-Uribe Vélez. Esta última no es tan clara, pues Uribe sabe que Vargas no le obedecería como sí lo harían el senador Iván Duque o el ex ministro Carlos Holmes Trujillo”, señala Valencia.

El analista recuerda que con Óscar Iván Zuluaga el Centro Democrático sacó ocho millones de votos. “Cualquier candidato que esté respaldado por Uribe es un candidato fuerte. Entonces la coalición de ‘Todos Contra Uribe’ (‘Tocon-U’) tiene que llegar armada a la primera vuelta”.

Medellín Torres, entre tanto, vislumbra un panorama “no muy claro” para las Farc, pues “saben que el plebiscito los dejó muy maltrechos, y que su futuro es más enrarecido con la llegada al poder de Donald Trump en Estados Unidos. Por eso le mandaron un saludito”.

Por ahora hay que esperar la decisión del presidente Santos de darles participación en su Administración a voceros de las Farc, algo que los expertos no descartan del todo, y el efecto que eso podría tener en la opinión pública. “El Gobierno y sus voceros han guardado silencio frente a esa iniciativa, que debió ser rechazada de inmediato y no se hizo, por tanto no podemos descartar ese cogobierno”, insiste el senador Rangel Suárez.

“El Gobierno de Santos ha traspasado todos los límites posibles, y el tema del Gobierno de Transición ya sería un límite absolutamente intolerable”, concluye el director de Ortega y Gasset.