Uno de los ‘coletazos’ de la captura del fundador de Wikileaks, Julian Assange, en Londres, terminó tocando al exgobernador de Antioquia y excandidato presidencial Sergio Fajardo. 

En medio del revuelo por la captura del excéntrico activista, muchas personas volvieron a escarbar entre los documentos filtrados en los últimos años por su organización y, entre las revelaciones, encontraron una mención de hace más de diez años, en la que se hablaba de la intención de Fajardo, entonces figura promisoria de la política nacional, de no hacer alianzas con antiuribistas. 

Este documento revivió las críticas que luego de la primera vuelta presidencial del año pasado arreciaron contra Fajardo por anunciar que votaría en blanco, pese a que Gustavo Petro lo invitó a apoyarlo para derrotar en segunda vuelta a Iván Duque, quien finalmente terminó ganando las elecciones. 

Desde entonces, el petrismo ha señalado a Fajardo de ser el responsable de la victoria del Centro Democrático. 

Pero mientras el excandidato presidencial vuelve a ser blanco de críticas por parte de aquellos que le siguen cobrando su postura de centro, ‘tibia’, para algunos, la favorabilidad del dirigente antioqueño continúa en lo más alto, a pesar de que hasta ahora, después de las pasadas elecciones presidenciales, está volviendo a aparecer en la escena pública.

Según la más reciente encuesta Pulso País de Datexco, revelada el viernes de la semana pasada, además de que Fajardo cuenta hoy con un reconocimiento del 92%, su imagen favorable se sitúa en el 73%. Tan solo un 20% tiene una imagen negativa de él y apenas el 7% no lo conoce. 

Los resultados le resultan a todas luces positivos, a pesar de quienes lo cuestionan, si se tiene en cuenta que Fajardo se ubica por encima del propio presidente Iván Duque, de los expresidentes Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, y de dirigentes políticos como Claudia López (su exfórmula a la Vicepresidencia) y de Gustavo Petro. 

Una postura de siempre

Para el analista político John Mario González, el cable de Wikileaks que volvió a dar de qué hablar en los últimos días no es una gran revelación, pues solo muestra lo que ha sido siempre Fajardo, un político que no se deja llevar por los extremos, lo cual, al menos en términos de favorabilidad, ha sido positivo para él. 

El único problema que podría tener Fajardo en las elecciones de 2022, si en ese momento continúa punteando en las encuestas, dice González, sería que no le quedaría fácil obtener el apoyo de los sectores más cercanos a la izquierda. 

“Está demostrando una postura que ha tenido durante muchos años, de intentar estar en el centro. Tal vez eso le afecte un poco la posibilidad futura de intentar buscar una alianza con el Polo Democrático o algunos sectores que vean una razón más para tomar distancia de él”, considera González.

El también analista Luis Estrada afirma que es claro que a poco más de tres años de la próxima elección presidencial, es Fajardo el dirigente nacional con mejor imagen, y, aunque falte mucho tiempo, eso ya lo pone adelante en el partidor. 

“Falta mucho tiempo, pero es Fajardo quien tiene la mejor imagen. Aunque es claro que no es un camino fácil, es el personaje que tendría una mejor opción de buscar otra candidatura presidencial con una alta posibilidad”, dice. 

Para John Mario González, sin embargo, aunque el estilo de Fajardo es bueno para las encuestas, no es lo único que se requiere en una campaña presidencial. 

“A Fajardo le ha funcionado el discurso, aunque sí tiene un problema en el tema de relacionamiento político y de infraestructura, pero dados los tiempos de las redes sociales y del avance tecnológico, Fajardo sigue en el primer lugar pese a una falencia que tiene como político”, señala el analista.

Buscar un partido político fuerte

Para Luis Estrada, aunque Fajardo se ha mantenido por más de quince años como una figura de la política nacional, si desea ser opción real de poder en 2022, debe empezar por consolidar un partido político fuerte. “Esto es un vacío inmenso que tiene en la actualidad, porque no ha podido conseguir uno que le permita crecer en los distintos momentos en que ha figurado”, cree.

En esto coincide González, quien estima que Fajardo debe estar pensando desde ya cuáles serán esas alianzas que buscará, “pero nada garantiza que a futuro le sigan funcionando. El hecho que ahora sea figura política nacional lo aleja de la región de Antioquia, lo que le genera un doble reto: mantenerse vigente allá y en el país”.