Luego del acuerdo que fue posible entre el Gobierno y las comunidades de Caño Indio y sus alrededores, para la sustitución de los cultivos ilícitos, se empieza a preparar ya el traslado de los integrantes del frente 33 de las Farc que cumplirán su proceso de desarme y desmovilización en este punto de la geografía nortesantandereana.

Aunque el propósito del Gobierno es que a más tardar mañana ya estén todos los miembros de esa guerrilla en las zonas veredales dispuestas en el acuerdo de paz, el punto de concentración elegido en el área rural de Tibú fue el último en definirse, debido a la falta de concertación con los cultivadores de ilícitos, lo que amenazó, incluso, con el traslado del sitio para La Gabarra.

Por esa razón, en vista de que el acuerdo que le dio luz verde a la zona veredal se produjo el fin de semana, el Gobierno deberá comenzar una carrera contrarreloj para adecuar el espacio en el que se instalarán los hombres y mujeres de las Farc que harán su tránsito hacia la vida civil.

De acuerdo con Carlos Córdoba, gerente de las zonas veredales, los predios en los que se ubicarán los campamentos ya están negociados y ayer mismo quedó listo el contrato de arrendamiento.

Dijo que el contratista de obra que se encargará de adecuar el lugar arriba hoy a la zona para comenzar con los trabajos, por lo que durante el transcurso de la semana esperan comenzar a mover a los guerrilleros.

No obstante, el funcionario no entregó más detalles, pues aseguró que están terminando de finiquitar la planeación de Caño Indio, en vista de que fue un caso especial. Hoy habrá un nuevo balance sobre el funcionamiento de las zonas, en el que se espera conocer más sobre la situación del punto de concentración de Norte de Santander.

Desde hace varios meses, los integrantes de las Farc se encuentran preagrupados en las veredas San Isidro, Tibú;  Caño Tomás, en Teorama, y La Esperanza, en El Tarra.

Una adecuación que debe empezar de cero

Como se recuerda, Caño Indio, la  vereda de Tibú, ubicada a una hora y media del casco urbano de ese municipio y a unos 11 kilómetros de la carretera central, carece de servicios públicos y en pleno siglo XXI sus habitantes todavía tienen que alumbrarse a punta de vela y recurren a las quebradas más cercanas para abastecerse de agua.

Fue creada hace más de 30 años, después de la bonanza petrolera, y cuenta con una extensión de aproximadamente 24 kilómetros cuadrados por los que se reparten 52 casas, en su mayoría de tabla y eternit.

La carretera que los comunica con Tibú fue arreglada por las mismas comunidades, ante el abandono del Estado y la necesidad de no quedar aislados cada vez que el invierno arreciaba.

De hecho, desde que se anunció que esta vereda sería una Zona Transitoria de Normalización, en agosto de 2016, la vía es lo único que se ha intervenido en algunos puntos, para facilitar el ingreso de los guerrilleros.

Por eso, el trabajo que deberán adelantar en los próximos días tanto el Gobierno como la misma guerrilla, para garantizar que se cumplan los 180 días establecidos en el cronograma para la dejación de armas, será titánico.
 
El tránsito en el resto del país

Entre tanto, en el resto del país, las imágenes registradas ayer en las diferentes regiones en las que se viene cumpliendo el traslado a las zonas veredales, dieron cuenta de que el final de la guerrilla más vieja del país y del hemisferio, comenzó su cuenta regresiva.

Según el alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, para ayer estaban previstas cinco operaciones en las que se movilizaron  598 hombres y mujeres.

Hoy se darán los últimos 15 movimientos que permitirán ubicar en los sitios de concentración a unos 2.541 guerrilleros más.

“Hoy, en varias zonas se calcula que ya hay 1.500 (guerrilleros) aproximadamente, trabajando en la adecuación de los campamentos donde las Farc dormirán para comenzar el proceso de desarme y la preparación de algunos de ellos para transitar a la vida civil”, anunció Jaramillo.

Aseguró que en total serán 36 operaciones para movilizar a cerca de 4.394 hombres, las cuales se iniciaron desde la madrugada del sábado y se espera que terminen en las próximas horas o días.

Carlos Córdoba reconoció que se han presentado inconvenientes en los traslados, como consecuencia, principalmente, del mal estado de las vías, lo que ha retrasado la llegada a las zonas.

“Nuestras perspectiva, nuestro esfuerzo está concentrado en que la movilización termine el martes (hoy) en la noche o que por lo menos se estén moviendo todos, así el desplazamiento termine el miércoles”, dijo el gerente de las zonas.