Después del revuelo que se generó en el país por el hundimiento de la ley que buscaba castigar a los ausentistas en el Congreso, por la inasistencia de los mismos senadores, los integrantes de la Comisión Primera batieron su propio récord y en menos de cinco minutos revivieron la iniciativa.

A las 9:00 de la mañana, en punto, hora a la que estaba citada la sesión, y contrario a lo que se ha hecho tradición en la política colombiana, un grupo de congresistas ya estaba empezando a votar la norma, en su segundo debate.

Tan solo dos minutos después de instalada la Comisión, el secretario de la célula legislativa, Guillermo Giraldo, leyó uno a uno los asistentes, y sin mayor demora el presidente de la Comisión, Manuel Enríquez, dio paso a la votación, tras advertir que la discusión de fondo ya se dio en dos sesiones anteriores.

Un minuto más se tomó la Secretaría para informar de la existencia de dos proposiciones. Una de ellas del senador Roosvelt Rodríguez, quien aseguró que votaría por el ‘no’.

Las otras dos no tuvieron quién las defendiera debido a que a esa hora, 9:05 de la mañana, su proponente, la senadora Claudia López, no había reportado su presencia en el recinto. Enríquez zanjó el tema acudiendo al reglamento y dijo que las mismas se hundían.

De inmediato, el sistema electrónico se abrió. De los 12 asistentes 11 aprobaron el proyecto: Hernán Andrade, Manuel Enríquez, Eduardo Enríquez, José Obdulio Gaviria, Alexander López, Alfredo Rangel, Carlos Motoa, Paloma Valencia, Doris Vega, Germán Varón y Juan Manuel Galán. 

La ausencia más notoria fue la de la senadora López, quien dos días antes, casi sobre la misma hora, reclamó por las redes sociales la no asistencia  de sus compañeros, a quienes responsabilizó del hundimiento de la ley.

Al igual que ella, tampoco llegaron a tiempo los senadores Armando Benedetti, Roy Barreras, Viviane Morales, Horacio Serpa, Roberto Gerlein y Jaime Amín. La senadora de la Alianza Verde, quien ingresó al salón de Comisiones a las 9:13, se mostró sorprendida por lo sucedido y lo calificó como una “jugarreta” de sus compañeros.

El resto de la sesión se tornó en una lluvia de críticas contra la congresista, quien es una de las que más ha cuestionado esta práctica.

Bogotá | Colprensa