Además de los anuncios y los compromisos suscritos por el presidente de la República, Iván Duque, este fin de semana, en Cúcuta, en donde presidió un nuevo taller ‘Construyendo País’, muchas anécdotas quedaron para el recuerdo en esta primera visita oficial a la ciudad.

Un escenario que sacó corriendo a más de uno antes de lo pensado, varios regaños y llamados de atención y una larga lista de pedidos que casi no termina y que hizo que la jornada de trabajo se prolongara varias horas más de lo previsto, enmarcaron el encuentro entre el jefe de Estado y los nortesantandereanos.

Uno de los lunares del taller fue sin duda la escogencia del coliseo Toto Hernández como escenario para el diálogo social entre el Gobierno y la comunidad, porque la alta temperatura que marcó el termómetro durante todo el día se sintió fuertemente y ni los ventiladores ni los abanicos que repartieron fueron suficientes para calmar el sofoco.

Por esta razón, sobre las 1:00 de la tarde, apenas dos horas después de la llegada de Duque, muchas sillas empezaron a quedar vacías en la Toto. Hacia las 4:00 de la tarde ya eran pocos los que quedaban en el recinto. Aun así, la jornada concluyó después de las 7:00 de la noche.

Y la acústica tampoco ayudó, como lo evidenció el eco que se generó cuando intervenían los voceros de las mesas temáticas.

‘No soy Chávez’

Uno que vivió un momento incómodo en el taller ‘Construyendo País’ fue el alcalde de Cúcuta, César Rojas, a quien el presidente le llamó la atención por la interminable lista de pedidos que le tenía.

Siete minutos después de que Rojas empezara su intervención y tras varios “necesitamos, necesitamos, necesitamos y le pedimos”, Duque tuvo que interrumpirlo para advertirle: “alcalde, yo no soy Chávez; no vengo con chequera”.

De esta forma, el mandatario dejó claro que no es amigo de las listas de mercado y mucho menos de los pedidos de dinero y así se lo hizo saber al alcalde: “Más que esto, yo si le pido que salgamos a mirar cómo podemos unir esfuerzos para darle prioridad a todo lo que se necesita”.

A Rojas no fue al único que le llamaron la atención el sábado. El propio presidente salió regañado por la alcaldesa de Mutiscua, Ana Dolores Solano Mantilla, pues justo en el momento en que le dieron la palabra para manifestarle sus inquietudes a Duque, en representación de su subregión, este se levantó de su silla y le dio la espalda, lo cual incomodó a la mandataria, quien no dudó en hacérselo saber. “A mí me gustan que me escuchen”, le dijo. El presidente no tuvo más que dar la vuelta y sentarse.

Los momentos de distracción de Duque se repitieron en varias ocasiones y más de una vez dejó a sus interlocutores hablando solos, mientras él atendía a otros de los participantes del taller.

La molestias de la dirigencia gremial de la ciudad también fue evidente, porque cuando le correspondió intervenir a su delegado, Duque no estuvo presente para escuchar sus inquietudes. 

Varios momentos de agitación

En la jornada del sábado también hubo varias interrupciones, pues los ánimos se caldearon y el jefe de Estado tuvo que llamar a la calma al auditorio.

Uno de ellos fue cuando el gobernador William Villamizar Laguado empezó a hacer su intervención y mencionó el Acueducto Metropolitano. En ese instante sobrevinieron las rechiflas y los abucheos de un grupo de personas que se opone a este proyecto.

Al alcalde César Rojas también le sucedió lo mismo cuando comenzó a hablar sobre los planes para la generación de empleo. Un grupo de mujeres le gritó y no le permitió continuar.

El otro momento de tensión se presentó durante la intervención de la dirigente de la Federación Comunal, Laudelina Solano, quien además de recalcarle una y otra vez a Duque su origen uribista y duquista, y en medio de un discurso bastante emotivo, propio de las épocas de campaña, le pidió fijar la atención del Gobierno en el proceso judicial en el que quedó enmarcado la elección de la junta.

La intervención de un veedor ciudadano pidiéndole al presidente poner la lupa sobre los casos de corrupción de la región, tras  cuestionar que en los órganos de control de Cúcuta y el departamento han sido elegidas personas cercanas a los mandatarios de turno, también agitó por momentos el encuentro. Duque le solicitó de inmediato la presencia de un funcionario de la Vicepresidencia para que atendiera las quejas.

Los regalos del presidente

Más allá de los momentos de tensión que se vivieron en el taller ‘Construyendo País’, en su visita a Cúcuta el presidente Iván Duque resultó muy regalado.

Uno de los primeros detalles que recibió fue la camiseta del Cúcuta Deportivo, por parte del gobernador, quien le recordó que el equipo de la tierra acaba de ascender a la categoría A. Aunque Duque dijo que se la pondría más tarde, nunca lo hizo. Un retrato, una pintura, dulces propios de la región y muchas cartas recibió el mandatario durante las más de diez horas que permaneció en tierras cucuteñas.