Jaime Marthey, candidato a la Alcaldía de Cúcuta, promete un mandato con una renovada visión de gobierno, que esté basada en la recuperación de la autoridad y el orden de la ciudad y su población. 

En esta conversación con La Opinión, el aspirante del partido Liberal presentó sus cartas y explicó las tres líneas de su plan de acción que están fundamentadas en alternativas para enfrentar problemas en áreas como empleo, seguridad y migración.

¿Por qué quiere ser alcalde?

Porque pienso que la ciudad hoy no está siendo bien manejada y quiero imprimirle una nueva forma de gobernar a Cúcuta con una visión diferente.

¿Cuáles son las tres necesidades más sentidas de la ciudad?

Empleo, seguridad e inmigración. 

¿Cómo planea solucionarlas?

Empleo: eliminando los impuestos y creando una ventanilla única gratuita para la creación de empresas en Cúcuta.

Seguridad: con autoridad y orden, eliminando a la Policía de Tránsito y poniendo a todos los policías a perseguir ladrones y no a perseguir vehículos.

Inmigración: haciéndome arropar de la clase parlamentaria en Bogotá, acudiendo a los organismos internacionales, sacándole provecho a la Ley de Fronteras.

¿En plata blanca, cómo recibirá la ciudad?

Descuadernada.

¿A cuánto asciende la deuda de la ciudad y cómo planea hacerle frente?

Por lo menos $150.000 millones es el déficit del municipio y vamos a hacerle frente propiciando que hayan más empresas que nos puedan ayudar a que se generen empleos. Además, bajando los impuestos y el predial.

¿En materia de seguridad, cómo combatir los niveles de violencia que azotan a la ciudad?

Primero, con inversión social; segundo, con autoridad y orden; y tercero, teniendo policía cívica, fortaleciendo los frentes de seguridad ciudadana, yendo a los barrios como comandante de la Policía, enfrentando a las bandas delincuenciales que hay en todos los barrios como lo hace el alcalde de Medellín, siendo amigo de la gente para que confíen en que entre todos podemos darle una solución a los problemas que nos aquejan. Generando confianza.

¿Frente a la migración de venezolanos, qué piensa hacer?

Pienso proponerle al Gobierno Nacional que nos conceda unos regímenes especiales, a través de unos estados de excepción amparados en el artículo segundo de la Ley 191 que es la Ley de Fronteras, en materia de seguridad social, laboral, arancelaria, y en todos los temas de la administración pública.

Tres obras, no necesariamente de infraestructura, por las que cree que será recordado.

Terminal de Transporte, transporte masivo metropolitano y las plantas de tratamiento de aguas residuales para enfrentar el problema ambiental.

¿Cómo incentivará el empleo?

A través de la eliminación de impuestos para que lleguen muchas más empresas a Cúcuta.

¿Cómo luchar contra el fenómeno tan recurrente en la región del ‘único proponente’ para todos los contratos?

Ya eso se va acabar con el Secop II. La reciente reforma que acaba de salir en la Ley de Contratación colombiana permite que eso no se pueda seguir generando en la administración pública

¿Quiénes están detrás de su campaña?

Mi familia.

¿Cuánto ha invertido en su campaña y de dónde provienen esos fondos?

Los fondos son recursos propios y he invertido alrededor de $150 millones.

¿Una cualidad?

Responsable. 

¿Un defecto?

Ser cuadriculado.

¿Por qué votar por Jaime Marthey?

Porque soy nuevo y represento un cambio para Cúcuta.

¿Quién es el aspirante?

Nació en Cúcuta en 1974, es hijo de Jorge y Rinna, y tiene dos hermanos, Jorge y Tania. Tiene 44 años.

Se graduó como abogado y tiene una especialización en derecho laboral y seguridad social.

Es miembro del partido Liberal Colombiano, donde se ha identificado con postulados de centro y de respeto por los derechos fundamentales, así como de las libertades ciudadanas; se proclama liberal de centro y se ha caracterizado por su espíritu conciliador y de trabajo en equipo por el bien común.

Participó por primera vez en política cuando aspiró al Concejo de Cúcuta, en el año 2015, donde salió electo para el periodo 2016-2019. 

Fue presidente de esta corporación y a mediados de año presentó su renuncia para emprender la carrera al primer cargo administrativo de la capital de Norte de Santander.

Allí se ha destacado por ser opositor de restricciones ciudadanas como el pico y placa o los horarios de cierres nocturnos, argumentando la incapacidad del Estado para garantizar el libre albedrío.

También ha hecho grandes esfuerzos por la recuperación de predios del municipio en manos de particulares.