Congresistas de varias regiones del país han anunciado que donarán parte “los más generosos la totalidad” de sus millonarios ingresos para ayudar a las gentes más pobres y necesitadas del país golpeadas por la pandemia.

Hasta ahora, ninguno de los parlamentarios de Norte de Santander  ha dicho ni mú sobre este asunto… ¿No serán capaces de regalar ni siquiera unos tapabocas?

¡Gracias!

Los colombianos tenemos que agradecer el sacrificio, la entrega total y la dedicación de los médicos, enfermeras y todos los trabajadores de la salud en Colombia para atender la pandemia que estamos padeciendo en nuestras regiones. A todos ellos, ¡gracias, muchísimas gracias!  

Poder demoledor e inercia 

Para bien o para mal, el poder del coronavirus es devastador e inimaginable. A todos nos ha afectado, de pronto a unos más que a otros, pero a todos nos tiene atortolados y turulatos. Una primera conclusión es que en Colombia no se necesitan tantos políticos, ni congresistas, ni  concejos, ni asambleas. Tampoco necesitamos tantos funcionarios ni magistrados en la rama judicial y en las llamadas altas cortes. Es que la política y la justicia funcionan por inercia…

Oportunismo rampante

Las EPS, las empresas de telefonía celular y algunos bancos y corporaciones financieras están felices con el coronavirus. Tanto, que lo han tomado como “caballito de batalla” y motivo principal de inspiración para sus campañas publicitarias y mediáticas. 

Tierra arrasada

En nuestro entorno, la pandemia acabó con las tertulias, con la celebración de cumpleaños, con los ‘baby shower’, las visitas a los enfermos, los sepelios concurridos, el negocio de las floristerías, los restaurantes, cafeterías, bares. Y terminó de acabar con las serenatas y los paseos de olla al río Zulia o al Peralonso. Tiene en jaque a los chanceros y vendedores de loterías y rifas. Como también a los taxistas y maleteros del aeropuerto Camilo Daza, a los emboladores del parque Santander (sus bancos y bancas fueron los únicos que se quebraron); y los puestos y pequeñas ventas de la calle del Amor…cilla, en La Cabrera, desaparecieron con las primeras noticias de la pandemia en un lejano pueblo de la China. 

Sin pasteles de garbanzo

El paladar de los cucuteños igualmente ha recibido un fuerte golpe por la pandemia, pues los apetecidos y deliciosos pasteles de garbanzo desaparecieron como por arte de magia. Los controladores del aeropuerto quedaron más locos que el clima que pronostican, a las barberías y salas de belleza nadie volvió ni siquiera para leer de gorra La Opinión o las revistas de moda. El coronavirus quiere acabar igualmente con el cariño y la alcahuetería de los abuelos con sus nietos. Pero eso sí que no va a ser posible, pues la voluntad y el coraje de unos y otros son invencibles…

Hasta el oficio más antiguo   

La pandemia del coronavirus tiene de un cacho al oficio más antiguo del mundo. Las trabajadoras sexuales como les dicen ahora, están en una forzada especie de “huelga de tetas caídas”. Pero no están dispuestas a quedarse “con las piernas cruzada”.

“Al que no quiere caldo…” 

El coronavirus es tan poderoso que logró tirarse la famosa Conversación Nacional. Y se llevó por delante el paro nacional y hasta los cacerolazos. Por mucha conversadera, nadie ha vuelto a hablar más de ellos… Y con la pandemia deben estar muy contentos el embajador de Colombia en Washington, Francisco Santos, pues va a seguir en ese puesto por un tiempo más. Y por su culpa también regresa a la Cancillería, como canciller ad-hoc esta vez, el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo.  

Hacinamiento y confinamiento 

El gobierno anuncia cárcel para los que no cumplan las medidas del confinamiento por la pandemia. Pero si las cárceles están atestadas y los reclusos se amotinan por el hacinamiento… A propósito, los jueces de penas de Cúcuta no han vuelto a aplicar la medida de la casa por cárcel, así ésta se encuentre ajustada a derecho. Todo porque dos de estos jueces fueron condenados y encarcelados… pero por aplicarla en forma generosa… La justicia en ascuas…    

En la regional del ICA

La dirección regional del ICA (Instituto Colombiano Agropecuario) no tiene titular en propiedad desde hace un año. Hubo un concurso de méritos que ganó el profesional Carlos Hernández, y sus resultados fueron aceptados por la administración seccional, y comunicados a la dirección general de la entidad en Bogotá. De buena fuente supimos que en medio de la tragedia del coronavirus, dos políticos locales libran una endiablada lucha por quedarse con este puesto.    

Hace 25 años

En días pasados, en la sección que lleva este título en El Tiempo nos encontramos con la siguiente nota: “La salud está en grave estado”. La salud, la medicina y los médicos viven una de sus peores crisis. Los hospitales del Estado enfrentan un deterioro progresivo, los médicos no reciben el pago que merecen y los pacientes de bajos recursos no cuentan con una atención a su alcance. El presupuesto para el sector Salud siempre ha sido insuficiente para lograr un verdadero sistema que garantice una atención médica adecuada y una remuneración justa para los profesionales de la salud.

“Ponciopilatear” 

El colega Óscar Domínguez nos informa que el coronavirus nos trajo un nuevo verbo: el “ponciopilatear”, que es como la nueva forma de lavarse las manos…

¡Qué Maduro tan carísimo!

Circula en las redes: “Yo si había oído que estaban especulando con precios, ¿pero 15 millones de dólares por un Maduro?”

Opinión en Twitter

De WindMister: Sale un titular: “Sin boda por el coronavirus”. La vida te está dando una segunda oportunidad. Es una señal. Aprovéchala!.

Anecdotario Político

En su columna de la publicación especializada Ámbito Jurídico, el historiador y escritor Benjamín Ardila Duarte reseñó lo siguiente: “La tauromaquia ha tenido que ver con la Iglesia Católica. En  1557, Pío V excomulgó a los lidiadores. Felipe II pidió a Gregorio XIII que atenuara la prohibición. Clemente VIII autorizó las corridas. El papa Sixto V las prohibió y Fray Luis de León y el Claustro de Salamanca protestaron por la condenación. Fueron enemigos de la fiesta brava Torquemada, Gabriel Alonso de Herrera y Santo Tomás de Villanueva. El gran historiador español padre Juan de Mariana condena el espectáculo taurino como descendiente de las fiestas romanas. Empero, defendió el espectáculo don Juan Medina. Carlos III prohibió las corridas y Carlos IV las autorizó. Finalmente, Fernando VII primero las prohibió y después las autorizó y fundó una escuela para enseñar el arte de los toros en el Real Colegio de Tauromaquia de Sevilla”.

La ñapa

De Franklin D. Roosevelt “La prueba de nuestro progreso no es que aquellos que tienen mucho tengan más, sino que quienes tienen demasiado poco tengan más”.