A tres meses de que se posesione el próximo Congreso de la República, los problemas ya empiezan a rondar a varios de sus integrantes, por lo que aún es incierto si definitivamente todos podrán asumir las curules a las que se hicieron acreedores, o el nuevo periodo legislativo empezará con algunas sillas vacías.

Los interrogantes se centran, principalmente, en el caso de la suspendida representante conservadora, Aída Merlano, elegida el pasado 11 de marzo como senadora para el periodo 2018-2022, y detenida recientemente por supuesta compra de votos. 

El otro es el exjefe guerrillero Jesús Santrich, quien era uno de los cinco fijos del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) en la Cámara de Representantes, pero capturado días atrás con fines de extradición, por narcotráfico.

Al respecto, el Consejo Nacional Electoral (CNE), que es el órgano encargado de entregar las credenciales a los nuevos congresistas, ha dicho que las curules de los dos legisladores electos ya están bajo observación, y que solo hasta antes del 20 de julio se conocerá lo que sucederá con ellas.

“Todos los días nos reunimos. Por supuesto que antes del 20 de julio tenemos que tomar la decisión para que los congresistas que hayan sido declarados electos puedan asumir su cargo en el Congreso de la República. Estamos en un trabajo que nos permite prever que en un tiempo mucho menor que el que se ha declarado en los últimos años el Congreso, podamos estar terminando nuestra tarea”, señaló la presidenta del tribunal electoral, Yolima Carrillo Pérez.

La magistrada dijo que en el caso concreto de la congresista barranquillera, quien fue enviada a prisión la semana pasada por orden de la Corte Suprema de Justicia, el proceso ya tiene ponente en el Consejo Nacional Electoral y es dicho magistrado el que deberá pronunciarse sobre si se declara la elección o no de la dirigente.