El segundo año de gobierno del alcalde de Cúcuta, Jairo Tomás Yáñez, arrancó en medio de un proceso de revocatoria que ya encendió motores, tras la solicitud formal de sus promotores ante la Registraduría. Una acción que el mandatario le adjudica a una maquinaria política que, en su criterio, tiene afán por recuperar el poder en la capital nortesantandereana.

Yáñez dice que le sorprendió que en apenas la primera semana de 2021 se constituyera el comité promotor ‘De que se va, se va, póngale la firma’, que lidera el abogado y veedor ciudadano Jaime Vásquez Giraldo, quien ha trabajado con el exalcalde Ramiro Suárez Corzo, pues  asegura que no está de acuerdo con el argumento sobre el cual se sustenta la petición: el incumplimiento del Plan de Gobierno propuesto.

En ese sentido, manifiesta que está listo para confrontar y dar respuesta a los planteamientos de Vásquez, en la audiencia pública que sigue dentro del proceso. En diálogo con La Opinión, el gobernante habló sobre cómo asume este nuevo reto con el que empieza el año.

¿Se esperaba este proceso de revocatoria. Lo tenía entre sus cuentas para este 2021?

Me sorprende, porque lo único que hemos hecho es trabajar intensamente y demostrar que con ética, moral, con decencia se ha podido elaborar un Plan de Desarrollo de la mano de la comunidad. En Cúcuta ya no se hacen obras por conveniencia de unos pocos, sino por las necesidades de las comunidades; ya no se adjudican contratos a dedo, no se chantajea con los contratistas o con votos, ni con dinero y no se transan favores por puestos públicos. Eso nos demuestra que el cambio es posible y que no podemos permitir que se secuestre la voz de los ciudadanos a base de mentiras, de injurias y de calumnias.

¿Considera que este proceso obedece a la intención de las maquinarias políticas que quieren recuperar el poder?

Total. Es que les duele en el alma porque se quedaron sin el botín. Con delincuentes es complicado, es decir, la ciudad se la venían robando en los últimos 20 años y todos en Cúcuta silenciosos. Por fortuna ese silencio se rompió a partir de la denuncia permanente. Lamentablemente es triste ver cómo estas personas pretenden secuestrar a base de mentiras, injurias y calumnias, y salen a despotricar permanentemente de las personas sin argumentos, sin pruebas. Lo único que les digo es que, después del trabajo nuestro no volverán.

¿Cómo será su defensa en la audiencia de revocatoria? 

Estamos preparados desde el primer día, porque primero que todo conservamos la fortuna de tener la mirada puesta en la meta, nunca en los obstáculos. Eso nos ha permitido ir cumpliendo estrictamente el Plan de Gobierno que se consignó en la Registraduría, nos ha permitido ser estrictos en el cumplimiento de los compromisos irrenunciables y empezar a cumplir el Plan de Desarrollo, que es la tarea de estos cuatro años. (Los de ellos) son argumentos infundados, totalmente torcidos, que no tienen ningún sustento, ninguna prueba y obviamente tenemos todos los argumentos para controvertirlos. Pasó exactamente lo mismo que con la nulidad de la elección, cuando en los estrados judiciales se demostró que todo era un montaje. En esa ocasión salimos adelante y en esta saldremos adelante.

Desde diferentes sectores aseguran que el 2020 fue más de transición y poco de gestión, ¿qué dice al respecto?

La ejecución se empezó prácticamente después del primer mes. Las primeras apuestas de obras importantes son el puente de Aguaclara y los Acueductos de Metrópolis. Se empezaron a hacer todos los diseños, porque la ejecución de obras no se puede hacer sin planos, sin diseños. Entonces, todo el año pasado estuvimos estructurando proyectos en todas las Secretarías y el solo hecho de haber invertido el 94 % del presupuesto nos demuestra la cantidad de ejecuciones que se hicieron. Lamentablemente no todas se pueden ver en estructuras de cemento.

¿Considera que en su primer año sí cumplió eso que tanto pregonó con el megáfono?

Esa es la pregunta del millón, porque uno no puede autocalificarse. Tengo la satisfacción del deber cumplido, no he dejado de pensar ni un solo día en la realización de los planes que poco a poco se han ido estructurando de frente al compromiso del Plan de Gobierno. Considero que el megáfono tiene un altísimo significado: es la voz de la gente, es la voz del pueblo como dicen. Por primera vez, después de estar secuestrados, callados, decidimos decir no más corrupción; le hacemos una guerra frontal a la corrupción. No volverán, porque sobre el terreno de la corrupción nunca se podrá construir la ciudad que soñamos.

¿Qué ejecuciones se verán en 2021?

Todos esos proyectos se están acentuando en el Centro de Pensamiento Urbano del Área Metropolitana. Hay más de 50 proyectos en proceso de estructuración, de los cuales iniciaremos el próximo mes con los cinco ‘Corazones de Barrio’ de este año, con una construcción por el orden de los $65.000 millones (Ceci, La Libertad,  Estoraques, Banco de Arena y Scalabrini). Otros están iniciándose, porque también está en diseño la conexión de la vía de Las Américas, que son aproximadamente $22.000 millones. Todos estos proyectos en conjunto, más los proyectos de comunidad-gobierno que se iniciarán finalizando este mes, generan de 4.700 a 5.000 empleos que ayudarán a recuperar la economía. No hay que olvidar que Cúcuta, a mitad de agosto, según el Dane había recuperado 65.000 empleos. 

Pero, ¿han sido en realidad empleos formales, porque en las calles de la ciudad se ve otro panorama?

Creo naturalmente que sí porque ayudó el estímulo a las cadenas productivas, al sector manufacturero del calzado, a la industria de la confección, a la industria de la arcilla, a la construcción. En estos momentos no se consigue un maestro de construcción en Cúcuta y eso se debe a la apertura gradual de la economía. Nosotros nos propusimos fortalecer las autorizaciones de los protocolos de los sectores con el Ministerio del Interior; el Aeropuerto también se habilitó y Cúcuta fue la primera ciudad en abrir las rutas aéreas. Fuimos pilotos en vuelos a Bucaramanga, Bogotá y Cali.

Redacción
Óscar Andrés Olarte Castro
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