La decisión del uribismo, de respaldar el proyecto de reforma a la Ley de Orden Público, que le abre paso a las zonas de concentración para las Farc, generó revuelo, al ser considerado como un espaldarazo al Gobierno, en medio de las denuncias de persecución política que viene promoviendo el Centro Democrático y la férrea oposición al proceso de paz.

Si bien esta es una propuesta que desde el año pasado planteó el expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez, como una posibilidad para garantizar la ubicación de los guerrilleros antes de la firma de un acuerdo de paz, las críticas no tardaron en aparecer, principalmente por parte de quienes hasta el jueves se creían aliados del exmandatario.

Uno de ellos fue el expresidente Andrés Pastrana, quien acusó a Uribe de haber pactado con el Gobierno la creación de 10 zonas de ubicación.

“@AlvaroUribeVel pacta incondicionalmente 10 zonas de despeje con @JuanManSantos”, escribió Pastrana, quien lideró un proceso de paz con las Farc entre 1998 y 2002, en el que autorizó el despeje de 42.000 kilómetros de territorio colombiano, que le permitió a la guerrilla moverse con libertad y fortalecerse militarmente.

En otros dos mensajes de Twitter, el exmandatario reiteró sus críticas a Uribe. “@AlvaroUribeVel pacta destrucción de armas de las #Farc con @JuanManSantos. @AlvaroUribeVel pacta poderes de Fiscalía(levantamiento órdenes de captura)  para @JuanManSantos”.

Por este mismo canal de comunicación, el senador y jefe del Centro Democrático le respondió a Pastrana que no podían oponerse a la concentración de las Farc, si este fue un reclamo de su partido desde que comenzaron los diálogos en Cuba.

Pero las críticas a la postura uribista no solo vinieron de afuera. Al interior del mismo partido hubo rechazo al pacto al que llegó su jefe natural con el Gobierno y los demás partidos.

Los senadores Ernesto Macías, Susana Correa, Honorio Henríquez, Evert Bustamante y María del Rosario Guerra, se abstuvieron de votar el articulado. Macías, incluso, minutos antes de que se anunciara el acuerdo, planteó que definitivamente esas zonas iban a servir para devolver el poder con el que delinquen las Farc.

*La Opinión