Luego de que la última propuesta para reformar el sistema electoral colombiano fracasara, por las serias diferencias entre los partidos, las acusaciones de supuestos intereses personales, la proximidad de las pasadas elecciones legislativas, pero sobre todo por su relación con el acuerdo de paz, todo parece indicar que la iniciativa tendría una nueva oportunidad en la legislatura que está empezando.

Y es que además de que el propio gobierno de Iván Duque ya destapó sus cartas frente a los cambios que sugiere en esta materia, la misma Consulta Anticorrupción parece haber puesto de acuerdo a las diferentes colectividades en que es necesario hacer modificaciones estructurales que vuelvan mucho más transparente el ejercicio de la política electoral.

Así las cosas, cada partido ya está armando su propuesta y definiendo cuáles son las prioridades que debería tener esa nueva reforma la cual, sin duda, será incluida en el paquete de proyectos anticorrupción  acordado la semana pasada con el presidente Duque.

Hasta ahora, uno de los temas en los que han coincidido varios sectores y que podría ser una realidad, incluso, para las elecciones de 2019, si se mantiene el consenso en el Congreso, es el de establecer las listas cerradas para corporaciones públicas, a partir de la eliminación del voto preferente.

El lunes, durante la posesión de los nuevos magistrados del CNE, el presidente insistió en la necesidad de una reforma política antes de los comicios del próximo año y resaltó la importancia de fortalecer los partidos, a partir de las listas cerradas.

La propuesta de la oposición

En sintonía con el ambiente que hay hoy en el país frente a una nueva Reforma Electoral y Política, y  tratando de recuperar de alguna forma el proyecto que hacía parte de la implementación de los acuerdos de La Habana, las bancadas de los partidos FARC y Decentes radicó ayer su propia propuesta.

La enmienda constitucional de la oposición recoge en esencia las mismas ideas que los otros proyectos, pero tiene algunas diferencias. Por ejemplo, habla de construir una cultura política donde el voto ciudadano supere al clientelismo y la democracia a la corrupción.

Sugiere también la implementación del voto obligatorio, el cien por ciento de la financiación estatal, criterios de paridad y alternancia en las listas, una reducción en la edad para aspirar al Senado, incentivos financieros a los partidos que incluyan jóvenes en sus listas y una ampliación del derecho a votar desde los 16 años, entre otros temas.