Después de más de dos meses de haber sido detenida por la presunta celebración indebida de tres contratos y la violación al régimen de inhabilidades e incompatibilidades, la alcaldesa de Ocaña, Miriam del Socorro Prado Carrascal, recobró ayer su libertad y a partir de hoy podría retomar las riendas de su municipio.

Tras tres intentos por lograr que un juez penal avalara la solicitud de revocatoria de la medida de aseguramiento que pesaba en su contra desde el pasado 19 de febrero, los abogados de la funcionaria demostraron que no habían elementos objetivos que validaran la comisión de un delito y que Prado pudiera obstruir la justicia, mientras avanza el proceso en su contra.

En ese sentido, el juez primero penal municipal, Marcelino Angarita, aceptó levantar la detención domiciliaria que pesaba contra la alcaldesa, aunque la investigación continúa su curso y la Fiscalía, además de apelar esta decisión, tendrá 120 días para acusar.

“Presentamos 10 pruebas sobrevinientes con las que demostramos que no existía dolo o irregularidades en la celebración de los contratos y que si para la Fiscalía existen, no las probó”, explicó el abogado de la mandataria, Said Contreras.

La decisión cobija también al secretario de Gobierno, Juan Pablo Bacca Manzano.  Sin embargo, esta misma suerte no la corrió el secretario de Tránsito, Albert Emiro Urquijo, a quien no le concedieron la libertad y deberá esperar a que se resuelva una apelación interpuesta por su defensa.

Prado Carrascal y los dos miembros de su gabinete fueron detenidos en Ocaña, en medio de un operativo relámpago, al ser señalados de la celebración indebida de tres contratos de menor cuantía, pero que, al parecer, le representaba ganancias considerables al contratista.

Según el ente investigador, además de que la persona favorecida no tenía la experiencia certificada para cumplir con el objeto de los mismos, fue uno de los financiadores de la campaña de la alcaldesa.

Víctima de una persecución

Aunque prefiere ser prudente al hablar de sus detractores y no señalarlos con nombres propios, la alcaldesa de Ocaña admite que ha sido víctima de una persecución que jamás imaginó vivir.

“(…)le duele a uno que hayan unas tres o cuatro personas que porque de pronto no han logrado un interés particular en la administración, enreden a otro conjunto de personas y las induzcan a pensar de una manera contraria a lo que nosotros somos”, sostuvo.

Dijo que a pesar de las recomendaciones de sus familiares y las adversidades, nunca ha pensado en “tirar la toalla”.

“Renunciar no es de valientes. Tengo todas las capacidades para enfrentar este problema y todos los que se puedan venir. Tengo un amor grande por Ocaña, quiero cambiar la historia política”, aseguró.

La mandataria manifestó que está aferrada a Dios y que confía en que va a salir triunfante de este proceso y los demás que están en camino.

Señaló que está ansiosa de retomar sus funciones, puesto que hay muchas tareas pendientes por continuar.

Otro obstáculo

Si bien la alcaldesa Miriam Prado logró recobrar su libertad, a la funcionaria no le esperan los mejores días, toda vez que en camino se encuentra también el proceso revocatorio en su contra, que está próximo a ser votado.

Tal y como fue programado por el gobernador William Villamizar, el próximo 21 de mayo los ocañeros tendrán una cita en las urnas, para decidir si quieren o no que Prado continúe al frente del municipio.

Esta decisión mantiene hoy a Ocaña revolucionada y sumida en una nueva campaña en la que los promotores del ‘Sí’ están buscando hacer historia, los del ‘No’ reafirmar a su alcaldesa y los abstencionistas que el mecanismo de participación siga sin estrenarse.

La mandataria, por lo pronto, dijo que ya en libertad tendrá la posibilidad de demostrarle al pueblo, en los pocos días que quedan, que no hay argumentos para revocarla.