La muerte, hace 180 años, de Francisco de Paula Santander, prócer nacido en Villa del Rosario el 2 de abril de 1792, ha traído varias discusiones, debido a su sepultura en el Cementerio Central de Bogotá. A ese debate decidió sumarse ahora el alcalde de Cúcuta, Jairo Tomás Yáñez, quien está haciendo gestiones para repatriar los restos a suelo nortesantandereano.

La semana pasada, en las redes sociales de la Alcaldía  fue compartida una imagen del general Santander, acompañada de un texto en el que se informaba que el mandatario local lidera la repatriación de sus restos, “con ocasión de la celebración del Bicentenario de la creación de la República de Colombia, porque esta es su tierra natal”.

En diálogo con La Opinión, Yáñez manifestó que hace  un mes comenzó las diligencias para traer de vuelta a su tierra los restos del Hombre de Las Leyes, por lo que ha tocado puertas en el Gobierno Nacional y la Academia de Historia de Colombia.

“Creo que con ocasión de los 200 años de la República de Colombia, siendo que él tuvo su origen en nuestra tierra, lo mínimo que aspiramos como cucuteños es que tengamos la fortuna de tener, conmemorar y acompañar los restos de Francisco de Paula Santander que por años han estado en el Cementerio Central de Bogotá”, afirmó.

Aparte de honrar su legado, lo que busca el mandatario es que se cumpla la Ley 22 del 9 de noviembre de 1971, en la que se ordena al Gobierno  el traslado de los restos del prócer a Villa del Rosario.

“Al mismo tiempo hay otro tema clave, delicado y es el deplorable estado en que están los restos en el Cementerio Central de Bogotá. Tenemos una información de que están en unas condiciones indeseables, lleno de basura, un abandono que da pena con una persona que dejó las bases de nuestra República”, aseguró.

De lograr su cometido, Yáñez ya tiene un espacio pensado para recibir los restos del general. “Es una construcción que está hecha justo al lado de la estatua del General Santander. Allí hay un espacio que se dejó previsto hace muchos años, pero que lamentablemente nunca fue terminado; el proceso lo estamos liderando con nuestra Secretaría de Cultura, apoyado con la Alcaldía de Villa del Rosario”, dijo.

¿Contra la voluntad del general? 

La propuesta de Jairo Yáñez podría resultar útil a los intereses turísticos de la región, en la medida que  la presencia de los restos de uno de los padres de la independencia se convertiría en un motivo para visitar Villa del Rosario y el Parque Grancolombiano, lugar que reúne la magia de la creación del país y que el 30 de agosto de 2021 tiene prevista una celebración con ocasión de la expedición de la Constitución de la Villa del Rosario de Cúcuta.

Sin embargo, el anhelo del alcalde cucuteño tiene varios inconvenientes, entre ellos, la propia voluntad de Francisco de Paula Santander, quien en vida había trabajado por prohibir los entierros en lugares ajenos a los cementerios y cuya disposición de sus restos quedó en su testamento, redactado el 19 de enero de 1838.

“Mi cadáver será sepultado precisamente en el cementerio sin pompa ni fausto, sino según lo prescribe el ritual romano: se me vestirá de uniforme y si yo lo hubiera mandado hacer, se mandará a fabricar una bóveda particular para que en ella se depositen mis huesos, y sobre una loza se inscribirá mi nombre añadiéndole alguna frase que haga alusión a mi constante fidelidad a la independencia y a la libertad de mi patria. La bóveda y demás se costearán de mis bienes inmediatamente después de mi muerte”, escribió.

Otro de los obstáculos para lograr la repatriación de los restos, es que el Cementerio Central fue declarado Monumento Nacional mediante el Decreto 2390 de 1984, al igual que la tumba del general (Resolución 0913 de 2005). Por eso, cualquier intervención deberá ser autorizada por el Ministerio de Cultura.

En ese sentido, Luis Fernando Niño, gerente del Bicentenario y presidente de la Academia de Historia de Norte de Santander, no ve tan posible el deseo del alcalde, debido a que al respecto ya hay una jurisprudencia.

“Él (Yáñez) me comentó alguna vez al respecto, le dije que era imposible porque ya existe jurisprudencia frente a esto. Los restos no pueden abandonar el cementerio por su religiosidad católica, por su figura expresidencial y ex vicepresidencial”, explicó.

El año pasado, unos estudiantes de la Universidad de Pamplona junto a la hoy secretaria de Cultura de Villa del Rosario, Yuly Maribel Guerrero Pacheco, y Fredy Pinillos, presentaron un derecho de petición a la Presidencia de la República y una acción de tutela contra el Ministerio de Cultura para que se cumpliera la repatriación, pero se encontraron con una respuesta que los hizo desistir.

“Realmente, la tumba representa una identidad de toda una Nación, eso es irrespetarlo a él, mejor dejémoslo que descanse en paz. Yo sería la mujer más feliz con los restos acá en Villa del Rosario, pero estaríamos en contra de su voluntad”, planteó Guerrero Pacheco.
 
Un descanso interrumpido

El deseo de ‘descanso eterno’ de Santander ha tenido varios inconvenientes, pues 10 años después de su muerte fue exhumado por su esposa, Sixta Pontón, y llevado a su casa. Allí permaneció hasta 1866; en ese año fue trasladado a un mausoleo del Cementerio Central, donde reposó junto a su hermana Josefa Santander de Briceño.

Con motivo de la conmemoración del primer centenario de su natalicio, el 2 de abril de 1892,  sus restos fueron exhumados nuevamente y depositados en el lugar que actualmente ocupan, pero su inscripción solo tenía su apellido.

En 1990, en los 150 años de su muerte, su tumba fue otra vez intervenida y se cumplió su voluntad testamentaria, que exigía añadir alguna frase que hiciera alusión a su “fidelidad a la independencia y libertad de mi patria”. Ese mismo año se instaló allí una escultura suya elaborada por Luis Pinto Maldonado.