El Acuerdo Final de Paz que está en proceso de ajuste por parte de las delegaciones del Gobierno Nacional y la guerrilla de las  Farc, necesariamente afectará de forma transversal y por igual a todas las campañas que buscarán ganar las elecciones presidenciales de 2018. El Polo Democrático Alternativo no es la excepción.

De hecho, el futuro de la negociación de paz ya comenzó a generar fisuras en la colectividad de izquierda. Mientras el senador Jorge Enrique Robledo lanzó su precandidatura a la Presidencia y le pidió al Polo organizar su ‘Quinto Congreso Nacional’ para finales de este año, con el propósito de elegir a su candidato, otro sector liderado por el senador Iván Cepeda estima que este no puede llevarse a cabo “hasta tanto no esté resuelto el proceso de paz con las Farc”.

Y es ahí, justamente, donde surge la otra gran fractura interna en el Polo Democrático Alternativo: la influencia que tendría en la futura campaña presidencial, ya desde la legalidad, el partido político que se funde tras la desmovilización de esa guerrilla.

Por un lado, el senador Cepeda y el representante Alirio Uribe, líderes del movimiento ‘Vamos por los Derechos’, dicen que el candidato de la colectividad “debe defender de manera coherente la concreción de una paz completa, y comprometerse a construir una convergencia política amplia, que incluya, en primer lugar, a todas las tendencias de izquierda, para llegar a las instancias de Gobierno en 2018”.

No obstante, Robledo  ya trazó su criterio al descartar una candidatura única de izquierda. “No la veo posible, se lo digo con franqueza”, piensa el dirigente, tras advertir que no ve en  su proyecto ni a Gustavo Petro ni a las Farc.

Pero, ¿qué tanta influencia política y real tendría el partido que organizarán las Farc para aspirar en las urnas de manera legal y sin armas?

“Es difícil calcular esa influencia porque no hay antecedentes”, considera el catedrático de la Universidad Nacional Jaime Zuluaga Nieto, aunque prevé que “será necesario que los sectores  democráticos y de izquierda hagan amplias convergencias políticas. Si alguno se va independiente o cierra las puertas a las coaliciones, quedará muy aislado”, sostiene.

Al igual que Zuluaga el analista León Valencia Agudelo piensa que es una situación compleja pensar en recibir el apoyo de las Farc, así sea desde la legalidad, porque existe un estigma aún muy marcado de rechazo a la guerrilla.

“Uno ve con mayor solidaridad política de paz a Iván Cepeda o a Clara López y a sus seguidores; Robledo tomó una decisión inteligente al marcar distancia desde ya para hacer su propio proyecto político, tratando de aglutinar a sectores que no solo son los de izquierda”, considera Valencia.

Otros dirigentes destacados en el Polo, como el representante Germán Navas Talero, advierte que “no existen divisiones internas en el Polo, sino diversas opiniones, como en todo lado”.

Por eso, para Navas, más importante que la fecha del próximo Congreso del Polo, “lo que importa es que (Robledo y Cepeda) hagan las paces, y que una cuestión mecánica no afecte todo un proyecto político”.

Alianzas y convergencias

Ante el horizonte que, sin duda, trazará el eventual acuerdo de paz en la campaña presidencial de 2018, el director de la Fundación Paz y Reconciliación, León Valencia, cree que no solo en el Polo, sino en los demás partidos con aspiraciones electorales, se van a generar alianzas alrededor de quienes quieran trabajar por el posconflicto.

“Los otros serán los que estarán del lado del Centro Democrático y del uribismo. En realidad quedará muy poco espacio para quien no esté con una de esas dos opciones. Es difícil encontrar un tercer lugar dónde ubicarse, esa es la gran dificultad que tendrá Robledo”, considera el analista político.

Por ahora, y mientras avanza la negociación del Acuerdo Final con las Farc, en Cuba, el Comité Ejecutivo Nacional del Polo Democrático Alternativo tendrá que definir si realiza su Congreso Nacional a final de este año o comienzos del próximo.