La campaña en Cúcuta, al igual que en muchas otras ciudades y departamentos del país, comenzó hace rato.

Aunque el calendario electoral establece que tan solo el 25 de julio, el mismo día que cierran las inscripciones de candidatos a los comicios de octubre, la carrera por alcaldías, gobernaciones o un escaño en concejos y asambleas, tendrá luz verde, este proceso se adelantó más de la cuenta.

La razón: la explosión de aspirantes por firmas que estalló a comienzos de 2015 y que hoy cuadruplica, a nivel nacional, los registros presentados para la contienda de 2011.

En Norte de Santander, por ejemplo, de tres grupos significativos de ciudadanos que en los pasados comicios de autoridades locales manifestaron su intención de avalar candidaturas con el apoyo de firmas, se pasó a 28 en esta oportunidad.

Es decir, el número de solicitudes para hacer uso de esta alternativa democrática, que surgió con la Ley 130 de 1994, se multiplicó nueve veces, con relación a las eleccions de hace cuatro años.

Solo en el caso de Cúcuta, cinco aspirantes a la Alcaldía se lanzaron a la odisea de recolectar firmas, con el propósito de intentar llegar a la contienda del 25 de octubre de manera independiente y no depender del apoyo de un partido o movimiento político con personería jurídica.

Un hecho que sin duda agitó la competencia y por ende la campaña, puesto que, si bien solo hasta dentro de un mes se podrá comenzar a hacer propaganda y proselitismo en el espacio público, aquellos aspirantes avalados por partidos no se quisieron quedar atrás y al son de la recolección de firmas, ellos también comenzaron a promocionar sus nombres para no perder ventaja.

Es por esta razón que aunque hoy no esté permitido, semana a semana es común ver reuniones, actos de campaña y grandes actividades proselitistas, disfrazadas de celebraciones o ‘firmatones’.

Por estos hechos ya son 10 las denuncias interpuestas ante las autoridades electorales, quienes investigan si los aspirantes por firmas y quienes están avalados por partidos y movimientos han incurrido en propaganda política extemporánea.

(Jorge Acevedo, Jairo Cristo, David Castillo, Charles Torres y Blanca Cruz González.)

Pero, ¿por qué tantos candidatos por firmas?

A nivel nacional, para las elecciones de 2011, 199 grupos significativos de ciudadanos postularon sus candidatos en toda Colombia mediante el respaldo de firmas.

Este año, hasta el jueves de esta semana, cuando venció el plazo para la inscripción de los grupos significativos de ciudadanos, un total de 810 comités que buscan elegir candidatos con el respaldo de rúbricas se registró ante la organización electoral.

Es decir, que las solicitudes para hacer uso de esta posibilidad de participación electoral se incrementaron en más del 400 %, en comparación con los comicios regionales anteriores.

Ante estas cifras surge la inquietud sobre las razones por las cuales se registra un aumento tan elevado de este tipo de inscripciones.

Al respecto, la directora de la Misión de Observación Electoral (MOE), Alejandra Barrios, sostuvo que para esa veeduría existen dos factores que pudieron haber incidido en el fenómeno que se está presentando hoy en el país.

En primer lugar, asegura, la posibilidad de aspirar por firmas se prestó como una alternativa para hacer campaña de manera anticipada, vulnerando la legislación, pero sin ser castigados.

“La legislación establece que no se puede hacer propaganda electoral anticipada, entonces, algunos candidatos, que posteriormente terminan siendo inscritos o avalados por partidos con personería jurídica, comenzaron con el proceso de dar a conocer su nombre, recogiendo firmas y de esta manera cuando comience verdaderamente la campaña ya tienen el terreno abonado”, explicó Barrios.

Para la directora de la veeduría electoral, inicialmente, la recolección de firmas contaba con una ventaja adicional y era que los candidatos no tenían la obligación de presentar ningún informe de ingresos y gastos.

Así las cosas, durante ese periodo de recolección de firmas podían utilizar recursos de manera indiscriminada para impulsar la consecusión de apoyos, lo que resultó siendo un atractivo para muchos.

No obstante, semanas atrás, el Consejo Nacional Electoral expidió una resolución en la que estableció que cinco días después de su inscripción ante las autoridades electorales, los candidatos por firmas deberán entregar un reporte consolidado de sus ingresos y gastos.

Plataforma política

Para la MOE, otra de las razones que pudo haber motivado la alta promoción de candidaturas por firmas es que este mecanismo permite posicionar un nombre y generar un valor agregado a su aspiración, de tal forma que al momento que tome fuerza la campaña, uno o varios partidos políticos terminarán coqueteándole.

“Esto significa que utilizan el ejercicio de recolección de firmas como un mecanismo a través del cual logran fortalecer su posición de negociación ante las diferentes organizaciones políticas, o para encabezar listas a asambleas, concejos, o para tener posteriormente algún cargo como una secretaría o entidad descentralizada si no logran mantener el aval de un partido. Es decir, esto se volvió una forma de valorizar un nombre y tener una postura privilegiada de negociación”, consideró Alejandra Barrios.

En este sentido, la directora de la Misión de Observación Electoral, aseguró que será necesario esperar hasta después del 25 de julio para ver cuántos de estos 810 grupos quedan firmes para las elecciones de octubre, toda vez que una vez entreguen los apoyos, muchos podrán desistir de su aspiración, otros serán atraídos por los partidos y habrá quienes no cumplan con los requisitos exigidos.

Y es que además de recaudar el  máximo de 50.000 firmas que se establecen para respaldar una candidatura, uno de los mayores cuellos de botella para los que optan por esta opción es la costosa póliza de seriedad.

“Todavía falta agua por pasar debajo de este puente. Por eso, vamos a empezar a ver, como ya ha pasado, que muchos de los grupos empiezan a recibir avales por parte de las organizaciones políticas. Hay otros que ya han señalado que no van a ir y desisten de la recolección de firmas”, aseguró Barrios.

La dispendiosa labor de la Registraduría

No obstante lo que ocurra con los grupos significativos más adelante, en medio de este fenómeno, la labor más dispendiosa la tendrá la Registraduría que, de acuerdo con el número de comités inscritos, deberá revisar por lo menos 30 millones de firmas.

Días atrás, el registrador delegado para lo electoral, Alfonso Portela, informó que durante por lo menos un mes, contado a partir de la entrega de los apoyos, 190 funcionarios de la Registraduría y dos firmas de grafólogos analizarán los formularios presentados por los comités en todo el país.

En el caso de Norte de Santander, el reto será mayor por cuanto para este tipo de actividades la entidad deberá disponer del personal que se desempeña en sus diferentes áreas para hacer la revisión preliminar y posteriormente remitir los formatos a Bogotá.

Requisitos para aspirar por firmas

-Inscripción del comité promotor ante la Registraduría. Este deberá ser integrado por tres ciudadanos.

-Reunir un número de firmas válidas equivalentes al menos al 20% del resultado de dividir el número de ciudadanos aptos para votar en la respectiva circunscripción electoral entre el número de curules o cargos a proveer. En todo caso, el máximo de firmas a exigir asciende a 50.000.

-Póliza de seriedad de la candidatura por la cuantía que fije el Consejo Nacional Electoral (CNE). Para departamentos como Norte de Santander, el monto para candidaturas a gobernaciones,  asambleas, alcaldías y concejos, asciende a $96’652.500.

Total de comités en Norte de Santander

17 grupos significativos para alcaldías.

11 grupos significativos para concejos.