La violencia en el país no respeta la intimidad de los hogares y altera la tranquilidad de las familias. Es el caso de la estudiante de artes visuales de la Universidad de Pamplona, Sandy Ortíz Barroso.

Ella, con su familia, fue golpeada por ese fenómeno. Un día, la guerra no tocó a la puerta: entró por la ventana e impactó con sus balas  hasta las ollas donde cocinaban.

En el interior del inmueble quedó tendido el cuerpo sin vida de uno de los miembros de la fuerza pública que buscó protegerse allí.

La historia se registró en 2001, en la población araucana de Fortul. En esa oportunidad, el Eln acabó con la vida de siete policías.

La exposición

Basada en esos hechos, Ortiz programó como trabajo de grado una exposición en el Museo de Arte Moderno, que abrirá  al público el 29 de noviembre. Hay colgadas 35 ollas de aluminio de la cocina familiar, perforadas por decenas de balas.

En otra sección del trabajo muestra varias canecas, que eran utilizadas para protegerse y atacar al enemigo.

La propuesta la denominó Zona roja y consiste en dos exposiciones: bala-vela y bala-bras.

Las dos hacen parte de las secuelas sicosociales, como son el silencio y el miedo, que experimentan las víctimas del conflicto armado.

Sobre el por qué de las ollas colgadas y perforadas, afirmó que es para recordar que un día tranquilo en su población, en el interior de su casa, en un enfrentamiento armado,  a balazos fue acribillado un policía.

“La puerta de la sala quedó abierta y por ahí ingresó el policía para ponerse a salvo; pero fue asesinado”, dijo Ortiz al recordar ese episodio que marcó para siempre la vida familiar.

Contaron más de 300 impactos en las paredes y en otros objetos, y por fortuna ninguno impactó en miembros de la familia, que se escondieron en el baño y debajo del mesón de la cocina.

La otra sección de la exposición: bala-bras, hace referencia a cómo las personas son silenciadas por las balas.

“Aquí utilizo tres canecas metálicas que asemejan barricadas, que impiden el paso y ayudan a proteger la vida de quienes están en enfrentamientos”, precisó. “También las asocio con un elemento que utilizan para envasar el petróleo, que es uno de los generadores de violencia”.