En Chitagá hay alerta por el mal estado en que se encuentra el Puente Real, ícono de la historia y de la cultura del municipio.

El paso elevado está ubicado sobre el río Cáraba en la vereda Llano Grande, distante a un kilómetro de la carretera Central del Norte.

Fue escenario de la Batalla de Los Mil Días y de otros sucesos que marcaron la historia de esa región agrícola, como fue el paso del libertador Simón Bolívar.

Patrimonio

La presidenta del Concejo, Luz Marina Quintero Maldonado, preocupada por la situación y al ver que no se ha logrado que el Ministerio de Cultura invierta recursos en la restauración del patrimonio de la nación, se dio a la tarea de tramitar un proyecto de acuerdo que fue aprobado en el primer periodo de sesiones y sancionado por el alcalde, Fredy Quintero Mogollón.

La iniciativa 010 que pasó a ser ley municipal, declaró a Puente Real patrimonio histórico y cultural de Chigatá. Así mismo, facultó al ejecutivo para que tramite recursos del orden departamental, tal como está incluido en el Plan de Desarrollo.

“Las condiciones en las que se encuentra ameritan su protección para evitar el deterioro con el paso del tiempo”, dice el artículo segundo de la norma.

La líder comunal narró que el paso elevado construido en madera y techo de teja ha sufrido las mayores afectaciones con las temporadas de lluvias de los últimos años.

Narró que la estructura y las bases del puente están afectadas y de un momento a otro podría colapsar, acabandose el legado histórico.

La declaratoria de patrimonio nacional impide que se le hagan intervenciones sin visto bueno del Mincultura.

La historia

Puente Real tiene 18 metros de largo y tres metros de ancho. Durante décadas facilitó el paso sobre el río Cáraba, en la vereda Llano Grande.

El gobierno español concedió la autorización para construirlo por valor de $200. En 1808, Jorge Villamizar lo donó a Chitagá.

A partir de 1876 el Gobierno autorizó el cobro del pontazgo (peaje) por pasar a personas, cargas y animales, En este sector se dio la batalla de Los Mil Días y la violencia generada en el pasado entre liberales y conservadores.

La Opinión