Un grupo de 440 estudiantes del colegio José Rafael Faría de Pamplona, participó en la maratón de lectura que hace parte del proyecto ‘Mejores lectores, mejores ciudadanos’, que cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura.

En el ejercicio los estudiantes más avanzados apadrinan a los de menor grado de escolaridad, teniendo disponibles 282 títulos de la Colección Semilla, que contienen literatura infantil, juvenil y de interés general.

Se ubican en diferentes sitios del colegio en donde por grupos o parejas leen cuentos y otros temas de interés general.

A medida que van avanzando en la lectura, proceden a llenar una ficha con el título de la obra, autor, número de páginas, tema, síntesis y el concepto personal sobre cómo le pareció lo leído.

La docente Cristina Hernández, quien con sus compañeros lidera el proyecto, indicó que el propósito es promocionar entre las nuevas generaciones la lectura y convertir a los niños y jóvenes en mejores ciudadanos.

“Un libro le cambia la vida a uno. Es una forma de viajar sin salir de casa y conocer nuevos mundos”, afirmó Hernández.

La educadora explicó que con las maratones de lectura esperan que el Ministerio de Cultura se vincule con la donación de una biblioteca compuesta por más de 5.000 títulos físicos, digitales y computadores, porque en la institución carecen de recursos bibliográficos. De conseguirse entrarían a mejorar el rendimiento académico.

La educadora manifestó que cada 15 días se harán jornadas masivas de lectura, en donde los estudiantes se dedicarán durante dos horas a mejorar las competencias comunicativas.

En el proyecto participan los docentes de lengua castellana y las directivas de la institución, que lleva el nombre del fundador de la Universidad de Pamplona, presbítero José Rafael Faría Bermúdez.

“Este proyecto es muy interesante porque nos enseña a darle amor a la lectura, a compartir con nuestros compañeros y dedicarle tiempo al aprendizaje”, dijo la estudiante de décimo grado, Mayerlis Mendoza Bautista.

El estudiante de undécimo grado, Juan Diego Pabón, quien apadrinó a uno de los lectores de menor edad, afirmó que en este primer ejercicio le correspondió guiar a su compañero sobre cómo entender e interpretar lo que se estaba leyendo en ese momento.

También estaba concentrado en la lectura, Kevin Leal, de octavo grado, quien prefirió el libro de matemáticas ‘Pensando y midiendo’. 

Él, considera que el leer en voz alta y en grupo es una buena estrategia que permite compartir paso a paso los contenidos y se intercambian a la vez conceptos e interpretaciones. Los niños y jóvenes quedaron maravillados con el mundo de las letras.