Rosita vive en cualquier parte de Colombia un drama por la violencia, no la generada por los armas sino por los gritos, insultos y la correa de sus padres.

La historia de la pequeña es contada por el grupo de teatro Kinesis, de la Universidad de Pamplona, y con el montaje buscan sensibilizar para evitar la violencia intrafamiliar.

Un grupo de 16 actores es el encar de darle vida a la historia de Rosita, para enseñar a  los padres lo equivocados que están al creer que el maltrato es el camino ideal para que los pequeños estudien.

En la obra, a la niña no la quieren ver jugando, sino pegada a los cuadernos. En medio de personajes de las historietas infantiles como Pinocho, el Pato Donald, la Barbie, una pastorcita, un soldado de plomo, el espanta pájaros y el león, entre otros actores, se desarrolla este pasaje de vida.

La musicalización le da un toque diferente al montaje.

Se combinan canciones como: Tengo una muñeca vestida de azul, que hace que se destaque el trasfondo de la obra.

“Estamos en Colombia en donde hay una sociedad machista. Es el reflejo del padres que es maltratado por su progenitor y este hace lo mismo con Rosita”, dijo la directora del grupo teatral, Jacqueline Maldonado Avendaño.

De esta manera, se le quiere mostrar al público que a los niños hay que dejarlos que sean libres y se desarrollen normalmente, sin tener que someterlos a exigencias extremas para que cumplan con sus obligaciones escolares, entre otros compromisos.

“Hay que prestarle atención a los menores dándoles más tiempo como padres”.

Sobre el desarrollo de la puesta en escena, Maldonado aseguró que la recreación se hace teniendo en cuenta que los niños en sus momentos de soledad, tienen amigos imaginarios y lo hacen jugando con muñecos.

De esta manera Rosita, tenía su muñeca, que es la única que durante el transcurso de la obra permanece inmóvil, en comparación a los demás personajes que algunas veces se mueven de un lado para otro. 

“La obra finaliza cuando el papá llega a la casa y ve que la niña tiene la muñeca sentada en el escritorio para que la ayude con las tareas. Como no le responde, la grita y la golpea. Al ver a su padre ahí, le implora que no le pegue; el papá le promete que eso no volverá a pasar y le pide perdón”.