En Pamplona, desde que se propuso habilitar un lugar para el control de migrantes surgieron voces de rechazo al considerar que las condiciones no están dadas para que la ciudad se convirtiera en punto de atención a la población venezolana.

El primero que se manifestó en este sentido fue el alcalde Humberto Pisciotti Quintero, quien alegó que no quería convertir el municipio en otra Tienditas para referirse a la estación sanitaria transitoria para migrantes que funciona en la zona de frontera.

Después, las comunidades y gremios de la producción mostraron no estar de acuerdo con el puesto de control en el área urbana del municipio.

La propuesta cuenta con el respaldo del Ministerio de Relaciones Exteriores, Presidencia de la República, Gobernación de Norte de Santander y las entidades que hacen parte de la cooperación internacional de ayuda al migrante.

El mandatario pamplonés dijo que siempre ha estado dispuesto a buscar alternativas y soluciones al tema del flujo de extranjeros para que el impacto sea el mínimo en Pamplona.

“Sabemos que los ciudadanos venezolanos que llegan al municipio no son empresarios, sino aquellos que requieren que sean ayudados”, expresó.

El representante de la presidencia de la República, Carlos Bustos, dijo que lo que se quiere es implementar un centro sanitario transitorio que ayude a controlar la migración y a su vez a la prevención de la COVID-19.

Como en Pamplona no se va instalar, se tiene proyectado como alternativas hacerlos en la vía a Cúcuta, jurisdicción de Bochalema u otro sector por definir.

Después de descartase la instalación en el sector del Buque, salida a Bucaramanga se pensó en ubicar el puesto de control en predios en donde funcionan la Terminal de Transporte, Centro de Acopio y la planta agroindustrial del Sena.

Ante esa posibilidad de adecuar los terrenos para el montaje de la carpa para la atención humanitaria a los caminantes, el gerente del puerto terrestre de Pamplona, José Heriberto Contreras le informó al alcalde que está en desacuerdo con la propuesta.

Acto seguido le hace saber que con la presencia de ciudadanos venezolanos el sector se convertiría en un punto de alto riesgo de contagio de COVID-19.

Considera que se incrementará la inseguridad, porque muchos de los migrantes llegan a cometer actos vandálicos, agresiones y hurtos.