Ocho meses cumplen 500 familias de la zona rural de Pamplona aisladas, entre ellos 120 estudiantes campesinos, por cuenta de la destrucción de la carretera que lleva a sus hogares, como consecuencia de un deslizamiento de rocas.

La situación se presenta en el sector Los Tubos de la vereda El Alizal, que hace parte del corregimiento Laureano Gómez.

En la temporada de lluvias de octubre de 2018, la carretera quedó obstruida y con pérdida de banca, lo que imposibilita el tránsito en ambos sentidos para los pobladores de El Alizal, Peñas, Caimas, Castillo e Iscaligua.

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La comunidad debe arriesgar la vida para pasar de un lado a otro con insumos y productos agrícolas. Hicieron un angosto camino al borde del abismo.

El secretario de la junta de acción comunal de la vereda El Alizal, Jorge Eduardo García Rozo, dijo que finalizando 2018 la Alcaldía había prometido enviar la máquina del municipio y no han cumplido.

El labriego indicó que quienes más sufren son los estudiantes, quienes tienen que caminar cuatro horas para llegar al Colegio de San Miguel.

También mencionó que la situación los tiene perjudicados porque les toca pagar para poder pasar los productos de un lado a otro, lo que aumenta los fletes de transporte, dejándoles ganancias mínimas al momento de venderlos en el centro de acopio y mercados de Pamplona.

En esas zonas se cultiva apio, fríjol, arveja, lulo, mora. Además, se producen derivados lácteos.
 
La solución

El secretario de la junta de acción comunal manifestó que para arreglar los daños en un trayecto de 18 metros, el municipio tiene el compromiso de enviar a la zona maquinaria pesada, porque hay que recuperar la banca abriendo el cerro. 

“No queremos seguir pasando como hormigas, en fila, y rezando para que no nos caigan las piedras de la cima de la montaña”, dijo García.