Para el docente y miembro del club de aventura extrema Rokaice, Román Flórez, el cierre para el turismo del parque Nacional Natural El Cocuy, va a favorecer la conservación, porque será menos el impacto ambiental.

El ingreso al área protegida está suspendido por exigencia de la comunidad indígena U’wa en los recientes diálogos con voceros del Gobierno Nacional, en Cubará (Boyacá) y que permitió que los 500 indígenas desocuparán las instalaciones de la planta de gas en Gibraltar.

De acuerdo con los representantes y líderes de esta cultura ancestral, el ingreso de personas al nevado genera impacto negativo.

El pamplonés Román Flórez ha estado en varias oportunidades escalando las montañas del Pulpito del Diablo, Pan de Azúcar y Ritacuba Blanco, que es el tercer pico más alto de Colombia.

“Antes entraba cualquier persona sin guía, ocasionado muchas afectaciones al ambiente”, dijo. “La contaminación se genera por acampar en lugares no aptos, al igual que  contaminar el agua al  hacer necesidades fisiológicas en cualquier parte”.

Flórez contó que quienes van sin guía dejan regados desperdicios de alimentos, plásticos y otros materiales que no le hacen ningún provecho al medio ambiente”, afirmó.

Otras personas utilizaban los sectores con nieve para jugar fútbol o para deslizarse.

Román Flórez con un grupo de aventureros desde hace más de 20 años concurren al Cocuy. La última vez que lo hicieron fue en Semana Santa del año pasado, en donde notaron que el deterioro de la capa de nieve es inmenso al igual que los demás sistemas naturales.

“Podemos decir que cada año se pierden entre dos a tres kilómetros de hielo. Esto es preocupante para el futuro de las próximas generaciones”, advirtió.

Román Flórez considera que aunque es una determinación sana que permitirá conservar el nevado, le causa tristeza porque va a ser difícil volver a escalar sus picos y contemplar la magnitud de la naturaleza.

Para ir de turismo a la sierra nevada se parte de Pamplona hasta Málaga (Santander).

Después se desplazan hasta Capitanejo, El Espino, Panqueba y el Guicán.

De ahí para tocar la nieve hay que caminar más de cuatro horas y media.“Esta es una alerta para la humanidad”.

La Opinión