Un día para Rubén Alonso Triana García comienza a las cinco de la mañana, cuando se levanta para ir a trabajar en construcción. Al mediodía, no descansa como todos los obreros, y aprovecha la hora libre para tomar un cuaderno, repasar los temas de talleres y clases.

Al terminar la jornada, cambia palas y carretas por uniformes y cuadernos. En el colegio José Eusebio Caro cursó el bachillerato en la jornada nocturna y por el buen puntaje en las pruebas del Icfes ganó una beca para cursar estudios superiores.

Cuando sale de clases se dirige a su casa ubicada en el populoso sector de Libardo Alonso y antes de conciliar el sueño hace las tareas para comenzar una nueva faena.

Triana recordó que cuando cursaba el grado séptimo, la situación económica en su hogar lo obligó a retirarse y dedicarse a la albañilería. Sin embargo, algunos profesores que lo conocían lo motivaron a seguir estudiando en la noche.

En el Icfes, obtuvo un puntaje de 352, que le alcanzó para ser merecedor de una beca por ser uno de los más pilos. Después de cinco años de esfuerzo y dedicación, Triana saborea los frutos y sueña con convertirse en ingeniero civil.

El triunfo se lo dedicó a su padre, víctima de la guerra,y a su mamá, que quedó como cabeza de hogar y debió levantar sola a sus hijos.

En el sector de la construcción es apreciado por los patronos, quienes le han ofrecido apoyo para que salga adelante y consolide el ingreso a la universidad.

Actualmente está por graduarse con honores y Triana les dará un agradecimiento a los profesores de matemáticas, Yolima Claro Jure y de inglés, Libardo Jácome; quienes fueron los motores para que no abandonara el estudio.

De su trabajo en la construcción afirma que a pesar de ser pesado, le ha permitido salir adelante y aportar para el sostenimiento del hogar. Empezó como ayudante y ahora es un oficial, encargado de la obra blanca.

“De niño, recuerdo que jugaba con mis amigos a hacer casas de barro, y jamás imaginé que de adulto este sería el medio que me permitiría ganarme la vida”

La próxima meta de Triana es mantener un buen promedio en la universidad que escoja para estudiar y así seguir contando con el subsidio que le entregará el Gobierno Nacional por medio del Ministerio de Educación.

“En la vida todo es actitud, de esforzarse por alcanzar las metas y con sacrificio todo se consolida”, dijo”. Mi próximo destino es estudiar en Bogotá y mi mamá, me motiva para que labre un mejor destino y por ella estoy dispuesto”.