Después de una larga espera, se anunció la construcción del megacolegio Agustina Ferro. El rector, Oscar Emilio Pallares León, dijo que el director de la oficina de planes y proyectos especiales de la Gobernación, Diego Carrillo, notificó que se hicieron los ajustes y se tienen asegurados 9.000 millones de pesos.

“El proceso se había dilatado por inconvenientes de carácter estructural que fueron solventados. En 2014, se presentó el proyecto a través de la secretaria de Educación, Luddy Páez Ortega y fue avalado por el Departamento Nacional de Planeación con recursos de regalías. En 2015, se asignaron 9.754 millones de pesos para conjurar la necesidad en infraestructura educativa”, explicó Pallares.

El primero de agosto de 2016, se adjudicó el contrato de obra a la Unión Temporal Construcciones Hacaritama para la construcción y ampliación del colegio. Luego, se asignó la interventoría que comenzó a efectuar recomendaciones técnicas, paisajísticas, estructurales y sanitarias. 

El especialista Pallares indicó que enhorabuena se recibe la notificación, ya que se requiere con urgencia la construcción del megacolegio para albergar a más de 1.700 estudiantes.

Asegura que la sede de Fátima es de la diócesis católica de Ocaña y está en malas condiciones, por lo que representa un alto riesgo para los estudiantes. El obispo, Gabriel Ángel Villa Vahos, dio un compás de espera mientras se construye el megacolegio.

Pallares indicó que un estudio de patología estructural adelantado por la universidad Francisco de Paula Santander se estableció un riesgo del 50 por ciento y antes que ocurra una tragedia se debe levantar el nuevo colegio.
   
Nueva sede
     
En ese lugar se proyecta la construcción de 22 aulas de clases, 6 laboratorios, una biblioteca con 4 salas de lectura, la rectoría, coordinación y secretaría, sala de juntas, restaurante escolar para 300 estudiantes. 

Además, dos aulas de preescolar y una cancha múltiple para practicar las distintas disciplinas deportivas.

Se tendrán zonas de acceso y equipos para facilitar el proceso de enseñanza aprendizaje.  El colegio ofrece el servicio educativo a 1.700 estudiantes donde el 87 por ciento corresponde a población vulnerable, desplazados por la violencia y de estrato uno.