Los techos del templo Católico del corregimiento Pueblo Nuevo, de Ocaña, se caen a pedazos y los creyentes se exponen al ingresar al recinto.

Las filtraciones de agua han deteriorado la cubierta del histórico templo y se requiere de inversión para evitar el desplome.

El presidente de la junta de acción comunal, Edgar Sanjuán Ortiz, reclamó acciones del municipio para intervenir el templo, declarado bien de interés cultural.

“La declaratoria se quedó en documentos y nadie aporta para el arreglo. Es vergonzoso que los mandatarios dejen caer los techos”, indicó.

“La cubierta de caña brava está destrozada y el proyecto es cambiarla toda. No se tienen cálculos en cuanto a presupuesto y la iniciativa se presentó a la Alcaldía, que no ha dado respuestas. El templo es de los más antiguos y la estructura es en tapia pisada”, recalcó.

Abandono 

Después de un temblor de hace dos años ninguna entidad se ha preocupado de la recuperación de la edificación.

El presidente de la Academia de Historia, Luis Eduardo Páez García, indicó que a través del Decreto 1144 de 2003, el gobierno departamental declaró ese templo como bien de interés cultural, sin embargo no se han recibido los recursos para la recuperación.

“Ese es un problema de la Alcaldía, especialmente de la jefatura de Planeación que no está al tanto de la conservación del patrimonio y no presenta proyectos”, reiteró.

“Se debe que hay que estructurar un proyecto y presentarlo ante el Consejo Departamental de Patrimonio. Estoy completamente seguro de que la administración no ha estructurado una propuesta de esa naturaleza. Irónicamente, muchos de esos recursos son devueltos a Bogotá al Ministerio de Cultura porque no presentan proyectos o son mal formulados”, recalcó el presidente de la Academia.

Él, indicó que en la misma situación están los templos de los corregimientos de Otaré y Buenavista, construidos en la época de la Colonia.

También se caen a pedazos ante la desidia de los gobernantes de turno y la falta de interés de la comunidad.