Un desolador panorama se registra en la provincia de Ocaña por cuenta de la sequía que azota al departamento.  Cerca de 10.000 hectáreas dejaron de ser cultivadas y las familias campesinas no tienen más fuentes de ingresos.

Siete de los 11 municipios de la provincia son los más afectados y en ellos (La Playa, Hacarí, Ábrego, Teorama, San Calixto, Convención y El Carmen) comúnmente se tenían sembradíos de ciclo corto.

“La mayoría de los agricultores esperaban las lluvias, tenían las tierras preparadas y habían adquirido semillas”, dijo Emiro Cañizares, director ejecutivo de la Asociación de Municipios de la provincia de Ocaña.

De acuerdo con el funcionario, de 8.000 hectáreas de café, las plantaciones disminuyeron el 50 por ciento. El panorama es similar para el caso de la caña y el cacao.

La semana pasada la Asociación de Municipios radicó un documento para todos los ministerios, el Fondo Adaptación y la Presidencia. En el mismo da a conocer la problemática.

Las fuentes hídricas de acuerdo con los estudios de las autoridades ambientales registran caudales bajos. Lo grave es que los reservorios de agua se están secando.

Para optimizar el poco líquido que consiguen los campesinos, redujeron las plantaciones a una hectárea y con ello están consiguiendo los recursos para vivir diariamente.

^{Los cultivadores de café muestran como se están perdiendo los granos por las altas temperaturas.}

En total, en los siete municipios más afectados hay 20.000 familias que viven de la agricultura.

De acuerdo con estudios de la Asociación de Municipios, en tiempos normales un campesino puede lograr tres cosechas al año, generando un ingreso de $20 millones.

La solución planteada por la Asociación de Municipios es la construcción de más reservorios y con mayor profundidad. 

Además, los mismos deben cumplir con requerimientos técnicos y construirse bajo la asesoría de expertos.

“Los niveles de evaporación en esta época son mayores por cuenta del fenómeno El Niño y los reservorios han bajado de nivel, comprometiendo las cosechas que tradicionalmente se daban en noviembre”, dijo Emiro Quintero Cañizares.

Además existen tres propuestas que hacen referencia a la creación de un  subsidio de energía para bombear agua.

“Estamos pagando hasta $500.000 mensuales en recibos de luz por usar dos motobombas durante la semana”, indicó Miguel Ángel Quintero, campesino ocañero.

La otra tiene que ver con la entrega de plásticos o mangueras que permitan mejorar los sistemas de conducción de la poca agua que tienen los productores y que se les otorgue un incentivo económico para remediar las perdidas.

Finalmente está la protección de las nacientes hídricas para garantizar el consumo y el riego. “Hicimos un inventario y se deben adquirir 13.500 hectáreas”, explicó Cañizares.