El director de la territorial de Corponor en Ocaña, Wilmar Arévalo Sánchez, suscribió un convenio con la Universidad Francisco de Paula Santander de Ocaña para diseñar un mapa de ruido.

Expertos de la institución de educación superior harán nuevas mediciones en los sitios donde se registra más contaminación auditiva.

“Es un tema importante y las diligencias están avanzadas para elaborar el mapa. En Ocaña existen cerca de 200 establecimientos que están provocando ruidos y se debe revisar el uso de suelo para verificar si  cuentan con todos los permisos de ley”, indicó el director Arévalo.

El funcionario aseguró que es fundamental adoptar estos mecanismos para identificar aquellos sitios donde se exceden en los decibeles y emprender políticas para evitar la contaminación auditiva que genera daños irreversibles en los seres humanos.

“El objetivo es identificarlos y hacer un diagnóstico para ayudar a la administración municipal en la elaboración del Plan de Ordenamiento Territorial (Pot)”, agregó.

Profesionales especializados serán los encargados de hacer las mediciones para descubrir las zonas más afectadas por el ruido y adoptar las estrategias correspondientes.

“El estudio será el mayor insumo para el plan de ordenamiento territorial del municipio de Ocaña e igualmente lo vamos a desarrollar en Ábrego. Se conocerán variables para regular el tráfico vehicular y todas las fuentes de contaminación auditiva en la ciudad”, reiteró Arévalo.

También se pueden utilizar los datos para otorgar licencias en materia de uso del suelo en cada una de las áreas a estudiar.

Mediciones anteriores 

En años anteriores se han hecho mediciones durante el día sin carro y sin motocicletas y producto de ese trabajo surgió la necesidad de crear el mapa de ruidos.

Durante esos ejercicios los sonómetros clase 1 y 2 de estación meteorológica portátil de la UFPS, arrojaron los siguientes resultados.

En cuanto al ruido durante el día sin carro hubo un cambio significativo del nivel de intensidad sonora en comparación con un día normal. Se logró alcanzar un nivel por debajo de lo permitido por la normatividad colombiana.

El nivel de intensidad permitido según la resolución 627 de 2006, es de 70 decibeles y en el parque 29 de Mayo se reportaron mediciones entre 60.45 hasta 65.58, disminuyendo en 11.42. En un día normal es de 77 decibeles.

En el parque San Agustín el ruido intermedio está en 64.38, para una disminución de 12.2 decibeles. En la calle del Dulce Nombre el promedio es de 63.2 y en un día normal es de 72 decibeles.