Hija de padres desplazados aprendió a tocar la guitarra y a cantar dando serenatas con su padre, Abel Contreras, en el parque 29 de Mayo de Ocaña.

Ella, María Carolina Contreras Quintero, es conocida en la Provincia como la mujer orquesta. Se le mide a cualquier instrumento y es de extremos, pues se le mide a la ranchera, al rock o al vallenato.

En los diferentes actos culturales que se cumplen en la región, es invitada la menuda mujer de 19 años, experta en tocar acordeón, guitarra, guacharacas y tamboras, entre otros.

“La música la levo en la sangre. Recuerdo que de niña me quedaba mirando a mi papá, que ensayaba con mis hermanos y mi sueño era crecer para ser como ellos”, dijo Contreras. “A los 7 años, empecé a salir a los parques”.

En sus inicios la vestían de charrita, le terciaban un instrumento musical y salían a recorrer los municipios de la Provincia de Ocaña, el sur de Cesar y el Catatumbo. “Nos íbamos de viaje, era como un paseo, disfrutábamos todos los hermanos. Tocaba el cuatro y la vihuela, mi hermano Jhon Jader la guitarra y toda la familia gozaba de los espectáculos”.

Para la mujer orquesta la mejor escuela fue su casa y los maestros sus parientes. Con el paso de los años fue perfeccionando su estilo y adquirió experticia en instrumentos de percusión. Por su talento ha representado a Ocaña en escenarios nacionales, especialmente en Valledupar.

“Como dicen popularmente tengo buen oído, así aprendo rápido”.

Aparte del mariachi creó el grupo Voltaje XXI, donde muestra el potencial de los jóvenes de la región.

A la par de la interpretación de instrumentos también compone. Actualmente trabaja en el tema: Mi mundo de canciones.

Anteriormente compuso Prometo, una canción de amor que espera pegar en la radio para seguir en el mundo del espectáculo. “La música es mi proyecto de vida y no concibo otra forma de ganarme la vida”.