Buscando promover las manifestaciones artísticas entre niños y jóvenes de la Provincia, el licenciado ocañero en artes dramáticas Juan Carlos Manzano Carrascal alquiló una casa para convertirla en tienda artesanal y taller de formación.

Una vieja casona frente a Calderón de la Barca del barrio Villanueva se convirtió en el escenario para descubrir talentos y sacar a los jóvenes de los tentáculos de la drogadicción.

La casa artística será inaugurada el próximo lunes, fecha en que se celebra el Día Internacional del Teatro. Para ello, se hará una función teatral. Además, la poeta Bexy Amparo Mendoza Cuadros señaló que hará un recital.

La idea de la casa taller surgió del inmolado artista Yesid Manzano, quien soñaba con esos espacios para la población vulnerable. La meta es contar con el apoyo del Municipio para pasar el proyecto al gobierno Nacional y convertir el recinto en sala concertada del Ministerio de Cultura.

Por ahora, la tienda de artesanías servirá como laboratorio para talleres experimentales en las distintas áreas. Así mismo, las puertas Manzano las dejó abiertas para los aportes de gestores, poetas, cuenteros, maestros de expresión corporal, entre otros.

Se apoya el arte

La casa está ubicada cerca al camino peatonal que conduce al Santuario del Agua de la Virgen de Torcoroma, en donde los visitantes pueden adquirir recuerdos.

En ese lugar se ofrecen artesanías elaboradas por las mujeres cabeza de hogar del corregimiento Pueblo Nuevo, como mochilas, zapatos, cerámicas, platos y ollas.

Los productos son elaborados con fibras naturales, guadua, bambú y maderas. Hay sombreros de todos los estilos, tejidos, sandalias y bordados.

Las reliquias 

Un embrujo especial se respira al ingresar a la tienda de artesanías donde los elementos cobran vida a pesar del paso del tiempo.

En la casa se conserva una piedra utilizada por los indígenas motilón barí para atacar a los trabajadores de Ecopetrol en la zona del Catatumbo.

Una de las reliquias que más sobresale es uno de los baúles de la señora Lorencita Villegas de Santos, que cayó en manos de una ocañera, y al final de la existencia se lo vendió a Manzano por 50 mil pesos.

También hay un cuadro con la imagen de una mujer tomando la famosa gaseosa Tisquirama, que se producía en la región. Igualmente se encuentran artesanías en madera, diseños exclusivos de pocillos con dichos de la región como ‘Cálmate, ventarrón’ y ‘Ocaña tierra que amaña’.