En las obras se invertirán $23.000 millones aportados por el Gobierno Nacional y algunos de los sectores más beneficiados serán La Piñuela y San Antonio, donde la época invernal es sinónimo de inundaciones. En estos puntos se está construyendo un box culvert, una especie de puente para la conducción de fluidos.

Pese a que los trabajos se cumplen, las comunidades expresaron su rechazo por la lentitud y constantes taponamientos de los sistemas de desagüe.

“Hace un mes abrieron una de las vías principales y aún no la han arreglado. Le pedimos a la Alcaldía e interventores que hagan seguimiento a los trabajos, porque un puente adyacente registra grietas por la acción de una retroexcavadora que pasó por la vía”, explicó José Antonio Ortiz, habitante de Cuesta Blanca.

Una vez se cumplan los trabajos al ciento por ciento se solucionará un problema que completa más de cinco décadas, en las que las inundaciones y pérdida de enseres han sido el común denominador.

Otra de las consecuencias que han generado las obras son las afectaciones en 20 viviendas. “Los contratistas dicen que nos van a responder por los daños, pero estamos preocupados porque no sabemos si eso va a suceder. Los sitios más afectados son: El Palomar, El Bosque, Tacaloa y La Piñuela”, aseguró Omar Manzano, habitante de El Bosque.

De acuerdo con el habitante varias paredes se han caído y todas las viviendas registran enormes grietas.

A los cuestionamientos de la comunidad respondió Willinton Ernesto Carrascal Muñoz, jefe del área de vías de Ocaña, quien aclaró que la obra no ha terminado.

“Efectivamente se han dañado algunas vías y se están arreglando, la cancha de Tacaloa se demolió y se está construyendo nuevamente. Para el tema de las casas no se pueden atender todavía, porque no existe un cronograma que debe ser autorizado por la interventoría”, dijo.

Pese a ello, los afectados como José Antonio Ortiz y Omar Manzano, solicitan a la Alcaldía de Ocaña que gestione una reunión con la firma contratista y delegados del Gobierno Nacional, a quienes quieren exponerle las inconformidades buscando pactar acuerdos.

Según Ortiz, las obras se redujeron por gastos que no estaban previstos y ahora solo llegarán hasta el sitio conocido como Recuerdos de Anasca, donde habita la familia Pérez Vega. “Ellos serán afectados por represamiento de basuras y aguas negras”.

Para aclarar esa duda Carrascal Muñoz dice que las obras continúan hasta donde el Plan de Ordenamiento Territorial y permisos de Corponor lo permitan.