Unos 300 pimpineros marcharon este jueves para demandar de las autoridades municipales y departamentales una solución de empleo con la cual ganarse su sustento y el de sus familias.

José Abel Correa, presidente del sindicato de Trabajadores de la gasolina de Norte de Santander (Sintragasolina), señaló que desde el cierre de la frontera el pasado 19 de agosto, unas 6 mil familias pasan dificultades para llevar alimento a sus casas, debido a que no han podido vender combustible.

La marcha de protesta que protagonizaron los pimpineros desde la terminal de transporte hasta la sede de la Gobernación, en la avenida 5, tuvo como fin llamar la atención del gobernador Edgar Díaz Contreras para que se siente a discutir con ellos una solución que les permita formalizar su oficio.

“Hemos escuchado propuestas respetables del alcalde (Donamaris Ramírez), pero es necesario también conocer qué planes tiene la gobernación para formalizar la condición laboral de quienes nos ganamos el sustento del oficio de venta de gasolina en pimpinas”, dijo Correa.

Agregó que lo se busca es que la administración municipal y la departamental sean garantes ante el Gobierno Nacional para una solución a la problemática social que vive esta población no solo en el área metropolitana, sino en municipios como Tibú, Ocaña, Ábrego, El Zulia, entre otros.

Ramírez planteó la creación de dos gasolineras para que sean los pimpineros los que administren esos negocios.