El sonido de una cascada despertó a Andelfo Márquez. Al bajar los pies de la cama confirmó su pesadilla. El tanque de agua de Aguas Kpital en Antonia Santos volvía a aguarle el sueño.

Por cuarta vez el agua se le metió a la cocina, las habitaciones y la sala. Salió de su casa en medio de la oscuridad y se encontró con un río de agua marrón que bajaba desde la parte alta de la montaña y chocaba con su vivienda.

De inmediato, los vecinos empezaron a salir de los ranchos de madera, temiendo que el agua desestabilizara el terreno y los dejara sin donde dormir.

La filtración se alargó hasta las 11 a.m., cuando según los vecinos el tanque se vació por completo.

“La Policía vino hasta acá y se percató de lo sucedido. Nos tocó sacar el agua con baldes y empezar a rellenar de nuevo la vía de acceso a Brisas del Mirador”, explicó Márquez. El agua revolcó gran parte del terreno.

El año pasado, la Policía había cerrado este paso, porque las filtraciones desmoronaron la vía. Hoy, la calle mide solo 2,20 metros y se sigue desbarrancando.

La mayor preocupación de los vecinos es que las filtraciones del tanque terminen por llevarse sus ranchos, como ocurrió hace un par de años en este mismo sector.

“Recuerdo que el agua terminó llevándose 10 casas de la parte alta”, dijo el vecino Joaquín Chaustre.“Todo empezó con pequeñas filtraciones, como hoy”.

El paso del agua ha dejado su huella en parte de la montaña. A simple vista se observan los canales que se han formado en la arcilla y las rocas.

“En la parte alta hay rocas muy grandes. Tememos que se desprendan y vayan a parar a nuestros techos”, dijo la vecina Elvira Rodríguez.

La comunidad asegura que la situación ya fue puesta en conocimiento de Aguas Kpital y pese a que la empresa ha hecho algunas reparaciones en la tubería, el daño se repite en la avenida 57 con calle 17.

Uriel Soto, director de producción y distribución de Aguas Kpital, dijo que el daño ya fue reparado, y que se trataba de una falla en una tubería.

Soto recordó que las personas que habitan los linderos del tanque están en zona de alto riesgo, y aseguró que las filtraciones quedaron en el pasado.

“El tanque tiene una capacidad de 3.500 metros cúbicos de agua, pero casi nunca permanece lleno. En la noche almacena el agua que queda en la red por el poco uso, y en la mañana la distribuye de nuevo, por lo que es poco probable ocasione un mayor daño después de esta reparación”, explicó Soto.