Julieta Venegas nació y creció en Tijuana (Baja California). El año podría ser 1970, pero dice que no se vale pensar en la edad porque es un tema que se lo ha inculcado la sociedad más a las mujeres que a los hombres. “No es una cuestión que me preocupe, solo se trata de disfrutar el presente. Me cuido normal, no soy obsesiva ni con la comida ni con el ejercicio. Pienso que es la actitud”.

Sus padres, de origen mexicano, se dedicaron a la fotografía toda la vida y tuvieron cuatro hijos más. Sin embargo, ella fue la única de su familia que se consagró a la música. Desde los ocho años comenzó a estudiar piano clásico. Posteriormente tomó clases de canto y de violonchelo.

Ese camino, el primer sencillo de su nuevo álbum Algo sucede, removió su infancia: “Esta canción está inspirada en cuando éramos niños. Todos siempre nos quedamos con algo de lo que fuimos, de esa inocencia, de esa espontaneidad… nos enriquece siempre”.

Después de dos años regresa con su disco número siete, que lanzará el 14 de agosto. “Lo grabé entre México y Buenos Aires (Argentina) y quiero compartirlo con la gente porque es muy luminoso, colorido y acústico”, destaca sus cualidades como si fuera su hijo.

Confiesa que varias de las letras que lo componen se refieren a México porque le duele que por los problemas se haya convertido en un lugar muy diferente. Siente que las autoridades no están haciendo las cosas como son y no buscan soluciones ni caminos.

“Hay mucha injusticia y eso es frustrante. Las circunstancias también vienen del sistema, lo que hace la situación aún más difícil”, expresa.

Julieta también es activista. Sin embargo, no le gusta referirse al magnate Donald Trump, candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, quien durante su campaña ha acusado a los mexicanos de ser violadores y de enviar droga a su país.

“La verdad no me interesa Donald Trump ni lo que dice, me da un poco lo mismo. Cuando me preguntan por él en entrevistas me parece que el tema se desvía de lo que interesa realmente”, aclara, calla y espera la siguiente pregunta para seguir conversando.

Venegas empezó a componer en la adolescencia y comenzó a tocar el acordeón en 1995 cuando hizo la música de la obra teatral Calígula probablemente, de Francisco Franco. Aunque la mayoría de sus letras las ha creado con el piano, el instrumento de viento es su fiel acompañante y desde ese momento lo incluye en todas sus producciones.

Paradoja

No tiene influencias marcadas y le gustaba escuchar David Bowie, Suzanne Vega, Charly García y Prince. Agrega que sus canciones no son sus favoritas: “No escucho mi música. No llego a mi casa, me tiro al sillón y pongo una canción mía. ¡Jamás lo voy a hacer! Mientras estoy en todo el proceso de un disco, porque son varias etapas, me involucro. Al final del día me gusta oír música de otras personas que tengan su misterio para mí. Escuchar mi música es como mirarme al espejo, no hay mucho misterio”, se ríe.

También es malabarista

“No soy una supermujer. Quienes tenemos hijos y queremos trabajar hacemos malabarismo. La música era mi razón de ser antes de convertirme en madre y ya se movió de lugar, pero la sigo amando. Es más importante ser mamá y cuidar de mi hija”, comenta refiriéndose a Simona de cinco años.

Tengo que confesar que a veces 

“Hago más pausadas mis giras. Procuro estar mucho tiempo en casa. No tengo tantos días libres en otros países como en México, todo para estar con ella”.

Frenar el ritmo, ir muy lento

“Me gusta todo lento. Leer un libro, por ejemplo. En este momento lo hago a mi ritmo y durante muchas horas”.

El presente es lo único que hay

“No soy muy nostálgica. No estoy pensando todo el día en que el pasado fue lo mejor. Tampoco me gusta sentirme desarraigada de este porque te da enseñanzas, pero hay que saber disfrutar de la vida, no sabemos cuánto va a durar. A veces se nos olvida la existencia y nos amargamos con los problemas”.

La calle que canta su canto de diario

“Me gusta mucho salir en un día soleado, tener la posibilidad de tomar tiempo libre, disfrutar de las ciudades y caminarlas”.

Hay tantos caminos para andar

“Estuve en el Eje Cafetero hace muchísimo tiempo en un festival y la gente fue divina. Queríamos sumar más ciudades en Colombia durante esta gira. Me encantaría poder volver a esa tierra”, cuenta Julieta, quien en octubre se presentará en Bucaramanga, Medellín y Bogotá.

Qué lástima, pero adiós

“Un beso a la gente de Manizales y a la del Eje Cafetero”, finaliza. *La artista publicó el miércoles, a través de su página julietavenegas.net, la imagen de Algo sucede. “Les cuento que después de vueltas, pláticas, intentos y escuchas llegamos a lo que nos pareció la portada ideal para representar esta etapa. Para mí, este disco es una celebración a la vida, en efecto, siempre algo puede suceder, nos puede enseñar, nos puede sorprender”, escribió. 

*Manizales (La Patria) | Colprensa