Cada vez que Verónica  Villegas sale de su casa revisa su bolso para cerciorarse de llevar un costal. Si va para el colegio de sus hijos, a la tienda o a visitar un familiar, lo empaca con la ilusión de encontrar botellas plásticas durante su recorrido.

Desde hace un par de semanas justo empezó a tejer el sueño que arrastraba desde hace cuatro años cuando llegó al barrio Manuela Beltrán: construir una casa ecológica.

“Siempre he sido amante de la ecología y aunque quería tener una casa hecha en material  reciclable no encontraba cómo hacerla”, explicó.

Uno de sus conocidos, que sabía sobre su iniciativa ecológica la contacto con el arquitecto César Oviedo, quien empezó a aconsejarla sobre los materiales más óptimos para darle vida a su proyecto.

“El arquitecto me explicó y me mostró fotos de cómo en otras partes del mundo hacían casas con botellas plásticas y me encantó la idea y el diseño”, dijo emocionada Villegas.

Desde ese instante la mujer, desplazada de Antioquia, empezó a tocar las puertas de sus vecinos en busca de los envases plásticos.

La primera tarea que le puso Oviedo fue conseguir 1.120 botellas plásticas y rellenarlas con tierra. Esta sería la cuota inicial del primer muro de su añorada casa. En menos de una semana rellenó 350 botellas. Su familia, vecinos y conocidos le colaboraron con las botellas, y la otra parte de la materia prima: la tierra, la tenía frente a su casa.

Con pica y pala empezó a desmoronar el cerro que tiene por vecino. Partía en pequeños pedazos la tierra y luego la cernía en un   harnero.

Como Villegas sabe que la lucha para construir su casa es larga, acudió al colegio de sus hijos en busca de ayuda. Micrófono en mano pidió a los estudiantes colaborarle con esta causa.

“Necesito 5 mil botellas para construir mi casa. No duermo pensando en esto”, dijo Villegas.