Cuando los policías notaron que el tanque externo de combustible de un carrotanque estaba desconectado y con residuos de crudo, sospecharon que algo irregular estaba pasando, y al inspeccionarlo en detalle encontraron adentro una caleta artesanal.

Aquel hecho delató al conductor Misael Antonio Ramírez Devia, quien el 3 de julio de 2014 fue sorprendido en un puesto de control  cuando viajaba por la vía que del corregimiento de La Laguna conduce  a Pamplona.

Los nervios terminaron por delatar a Ramírez Devia, quien les aseguró a los policías que el tanque estaba desconectado dado que el flotador no servía y que el automotor se lo entregaron el día anterior en Puerto Boyacá. Además, que se dirigía hacía Cúcuta a cargar disolvente.

Sin embargo, su explicación no convenció a los uniformados y fue trasladado al comando de Policía en Pamplona para continuar con la revisión a dicha caleta, de la cual extrajeron 182 paquetes rectangulares y del tanque del costado izquierdo otros 179 paquetes, para un total de 361 unidades que contenían 346 kilos de cocaína.

Al día siguiente, Ramírez Devia, de 45 años, fue presentado ante el Juzgado Segundo Penal Municipal de la Ciudad Mitrada, que le dictó medida de aseguramiento en prisión mientras avanzaba el proceso en su contra. La Fiscalía le imputó el delito de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes agravado, sin que se allanara a los cargos.  

En su reporte, la Policía señaló que la droga iba marcada con las siglas KMX, que sería dada por del narcotraficante dueño del envío,  valorado en al menos $2.400 millones.

“El automotor fue interceptado en la entrada al municipio de Mutiscua. Al aplicarle el análisis de PIPH (Prueba de Identificación Preliminar Homologada) arrojó positivo para  clorhidrato de cocaína”, señaló entonces  el coronel Fabio Misael Cristancho, comandante encargado del Departamento de Policía en Norte de Santander.

Preacuerdo

En vista del contundente material probatorio, sumado a la captura en flagrancia, Ramírez Devia, natural del municipio de Caicedonia (Valle del Cauca), cambió su decisión y aceptó los cargos a cambio de recibir una rebaja en la pena, que consistió en eliminar el agravante del delito.

Dicho preacuerdo fue aprobado por un juzgado de Cúcuta que lo condenó a 11 años y 2 meses de prisión sin beneficios de casa por cárcel o suspensión condicional de la ejecución de la pena.

“Hemos de indicar que Misael  Antonio fue capturado en flagrancia, sumado a la aceptación de su culpabilidad al preacordar con la Fiscalía”, señala la sentencia condenatoria.