La situación de enfrentamiento cerrero y de polarización que vive el país quizás no ha permitido apreciar en toda su magnitud los resultados trascendentes que están dando los procesos o acuerdos de pacificación y de reintegración a la vida civil de los grupos armados, en los últimos años en Colombia.

A ello hay que agregar la campaña de desinformación, matizada de odios y cizañas, que como consecuencia de la misma confrontación generan tales procesos. En estos casos, echar más leña a la hoguera parece ser el otro deporte favorito de muchos colombianos.

El más reciente informe de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) nos revela hechos y datos ampliamente alentadores y satisfactorios. En los últimos 20 años, es decir, entre 2001 y 2020, 75.731 integrantes de grupos irregulares dijeron adiós a las armas para comenzar a recorrer el camino de la reincorporaron a la sociedad. Una cifra significativa con la que se podría conformar un ejército regular en algunas partes del planeta o que podría ser la población urbana y rural de una ciudad como Pamplona.

De ese número de reincorporados,  51.419 lo hicieron en forma voluntaria, 5.460 se encuentran en proceso de reintegración, 25.498 cumplieron ya con todos los requisitos legales establecidos y 2.780 se encuentran en proceso de investigación por diferentes motivos. Según la ARN, 18.763 personas quedaron por fuera del proceso de reintegración por pérdida de beneficios, fallecimiento o retiro voluntario.

En los últimos 20 años, el mayor número de desmovilizados fue de las extintas Auc – 36.376 excombatientes – en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez,  y 13.394 de las Farc - Ep en el gobierno de Juan Manuel Santos. Los hombres desmovilizados fueron 64.342, y 11.389 las mujeres. Pero también hicieron dejación de las armas y se desmovilizaron, guerrilleros del Eln y del Epl, a pesar de que con estos grupos no se adelantaron en forma exitosa procesos formales de reincorporación.

Desde el año 2003, la ARN acompaña, orienta y asesora en sus proyectos y metas a estos colombianos que dejaron las armas, a través de procesos diferentes. El primero es el de la reintegración, que está dirigido a los que se desmovilizaron en forma individual o colectivamente de grupos paramilitares o guerrilleros. Hoy hay alrededor de 25.000 en reintegración que terminaron su tránsito a la vida civil. De estos, ocho de cada diez permanecen en la legalidad.

Hay otros dos procesos, el de reintegración especial y el que se enfoca en personas que hicieron dejación de las armas y tránsito a la legalidad a partir de los acuerdos de paz que suscribieron las  Farc y el gobierno de Juan Manuel Santos.

Trece mil 202 firmantes de este acuerdo están acreditados por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz. Al finalizar el pasado año 2019, 869 proyectos productivos fueron aprobados, y 27 colectivos para beneficio de 2.160 personas. Se trata de proyectos agropecuarios, comerciales, turísticos, producción de cosméticos, café de exportación, artesanías y turismo en zonas del país que fueron dominio de la antigua guerrilla de las Farc. 

Para la financiación de estos proyectos en 2021 se tienen asegurados recursos por 56.000 millones de dólares procedentes de la Unión Europea. Y en el presupuesto nacional también se han destinado cuantiosos recursos para todos estos planes.

No ha sido fácil este proceso y son muchas las dificultades, ataques y agresiones  que ha enfrentado y seguramente seguirá enfrentando. Pero sus buenos resultados comienzan a verse y como muchos colombianos es preferible la reconciliación y el trabajo en paz que seguir echando bala y matándonos entre nosotros mismos.