Los aguaceros además de deslizamientos e inundaciones han aumentado la proliferación de zancudos y por estos días muchos habitantes de Cúcuta  no pueden conciliar el sueño por los peligrosos piquetes y los molestos zumbidos.

En muchos sectores de la ciudad la gente ha tenido que armarse de repelentes, recurrir al sahumerio, desempolvar los mosquiteros o ir apresurados a las quincallas a comprar raquetas que sirven para achicharrar al  mosquito y cortarle el vuelo.

“Son nubes de zancudos las que nos han llegado por estos días”, dijo una ama de casa del barrio Gaitán, en el occidente de la ciudad, para referirse a la invasión de estos insectos que se reproducen en épocas de lluvia y que son vehículos de transmisión del dengue, la fiebre chikungunya y el virus de Zika.

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Las autoridades sanitarias tienen prendidas las alarmas porque conocen que esta es una capital afectada históricamente por el dengue, informando que en los barrios de las comunas 4 y 10 se han registrado el mayor número de casos. 

Ante esa situación los habitantes y dirigentes comunales están solicitando a la Secretaría de Salud del municipio activar los planes de contingencia y evitar que se multipliquen los casos en las diferentes barriadas, tan  castigadas en los últimos meses por la pandemia del coronavirus.

Álvaro Quintero, referente del grupo Enfermedades Transmisibles por Vectores (ETV) de la Secretaría de Salud, dijo que los casos de dengue con signos de alarma se ubican en 432 y sin signos de alarma en 340.

En ese reporte se han confirmado 208 casos, descartado 247 y faltan por confirmar 317 porque esa información se logra con base en visitas epidemiológicas, pero debido a la situación de la COVID-19 se han tenido que regular para la protección y bioseguridad del personal actuante, que son funcionarios de la Secretaría de Salud y contratistas. En dengue grave solo se han tenido siete visitas como tal.

Agregó que los barrios de la capital de Norte de Santander con mayor número de casos se ubican en las comunas 10 y 4, en el occidente y oriente, respectivamente.

La respuesta ante esta situación es la activación de los planes de fumigación interviniendo con máquinas de aspersión que se llevan en camionetas para el control del estado adulto del mosquito en los barrios con mayor incidencia.

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La entidad de salud lleva a cabo de manera paralela con un personal técnico de Vectores acciones de control y prevención para eliminar criaderos de mosquitos con herbicidas no tóxicos,  impartiendo a su vez educación sanitaria para enseñar a reducir los focos de proliferación de esos vectores. 

En la actualidad, ante la incidencia que debe tener la Secretaría de Salud en las comunidades, se está direccionada el manejo del medio, con el destino que se le da a los objetos inservibles que se dejan a la intemperie y que se convierten en reservorios de agua limpia cuando llueve, como llantas, latas, botellas, bolsas plásticas, estantes o escritorios viejos.

Entonces se aplican campañas de ordenamiento del medio con  apoyo interinstitucional, en  muchos casos con el operador de aseo Veolia, que ayudan a hacer el manejo de las basuras en las comunidades.

El funcionario dijo que la gente debe aprender a diferenciar los síntomas del dengue y los de la COVID-19 porque ambos tipos de patologías causan fiebre, dolor de cabeza, malestar general, lo que hace que muchos omitan ese tipo de información, no se hagan valorar y acudan a la automedicación, lo que puede enmascarar los síntomas del dengue y llegar al  momento que la enfermedad no sea manejable, agravando la situación del paciente.

“Se recomienda en estos casos consumir mucho líquido y antes de tomar cualquier medicamente comunicarse con las diferentes líneas de atención virtual que están abiertas, para que el personal de salud les recomiende la ruta a seguir según las condiciones que puedan tener”, puntualizó Quintero.

Mariela Zapata, presidenta de la Junta de Acción Comunal del barrio San Martín, en la Comuna 4, dijo que aunque no ha sabido de casos de dengue en el sector donde vive, si se han visto afectados por la oleada de zancudos que llegaron con los recientes aguaceros, “lo que es motivo de alarma porque donde queda agua empozada se reproducen y esto trae a la larga enfermedades”.

Lo mismo informó Jefferson Castellanos, presidente de la Junta Comunal de Santander, en la Comuna 10, explicando que aunque las mayores dificultades las han tenido por deslizamientos de tierra que han  agrietado algunas viviendas, “también nos preocupa el dengue, que con el coronavirus representan una amenaza para la salud de los habitantes”. 
Castellanos solicitó a la autoridad municipal la fumigación inmediata en los barrios de su comuna como Santander, San José, Magdalena y  Gaitán.